miércoles, 3 de marzo de 2010

El emperador.


Y ahora resulta que lo que yo conocía como dolores.

Eran tan solo los hermanos más pequeños.

Y que éste si, es el hermano mayor.

O es el padre, o es el tutor.

O es el emperador.


Es el emperador.


El emperador, pisa fuerte.

Tiene una armadura llena de púas, y te corre y tú te ríes porque piensa que no puede alcanzarte.

Pero como siempre sucede en las películas.

Te caes.

Y el dolor te alcanza.

El emperador te alcanza.

Y te abraza.

Los dolores, la pena la muerte, la tristeza, el miedo.

Siempre abrazan.

Son muy cariñosos.

Pero sus cariños hieren.

Y sorben tus heridas, escuchas el sonido del liquido en sus labios, son expresiones mal educadas, sorben tus heridas, sorben tu pena.

Si al menos fueran vampiros te dejarían extasiada sumida en placeres mientras te van matando.

Pero solo son expresiones oscuras, sombras de la duda, sombras del recuerdo.

Angustia que te abraza y te saborea.

Siempre eres carne fresca.

Al emperador le gustas.

Siempre lo supiste, solo que lo confundiste con sus hermanos menores.

Éste, el de ahora

Es el que te dejara loca por completo.

El que no te permitirá otra vez entrar en tu conciencia.

Ya te echo fuera.

Te dejo sobre la piel… entre las moscas, y las huellas de tu sangre seca.

Y te lames.

Y eres tan tierna.

Te lames tus heridas.

Idiota.

Date cuenta… cuando termines de limpiar éstas.

Vendrá el Emperador y te hará nuevas.

Vendrá el emperador y te abrirá las piernas.

Y con su sexo de hierro desgarrara tu vientre.

Y masticara tus senos.

Tengo que explicártelo de esta forma.

Si te digo que matara tu alma quizás no lo entiendas.

Si te digo que embolsara tus soles.

Y los alejara de tu cielo.

Tal vez no me entiendas.

Aun tienes partes de colores sobre la piel.

Aun tienen rincones de luz sobre el cuerpo.

Pero espera… ahí llega, el Emperador término su siesta.

Ahora viene por más… de eso que tú tienes.

Más de tus esperanzas.

Más de los músculos de tu corazón.

Mas de las velas… que hiciste con tus manos para alumbrar tus penas.

Viene a ponerle voz a tus canciones de cuna,

Y a cantarle a gritos a los duendes que tantos proteges.

Viene a quemar tu casa.

A decirte la verdad sobre tus padres.

A sacarle la mascara a tus amigos.

A decirte las verdades de tu amor.

Viene a besar tus viejas heridas.

Y ponerle nombre a las nuevas.




1 comentario:

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.