domingo, 26 de agosto de 2012


Para el poeta decir “Pájaro” es igual a decir vuelo, herida abierta, libertad, incluso cielo o fuego. 

Para la mujer decir “pájaro” es decir mujer sedienta, mujer hambrienta, mujer presa, mujer fuerte.

Para mí, que nada se de las palabras, nada de sus letras, para mí que sólo se de espíritus salvajes volando por el cielo, volando sobre un campo, o sobre una ciudad oscura y casi muerta. Decir “pájaro” es decir mi propio nombre y ver como la criatura se acerca. Es decir mi propio nombre, y ver como la criatura se aleja.

domingo, 19 de agosto de 2012

Es necesario


Es necesario tener un lugar, crear un lugar, creer en un lugar. Es necesario que en ese lugar logremos sentirnos seguros, a salvo, o  en profundo equilibrio. Es necesario hallar ese lugar. Reflejarnos en ese lugar, descansar en ese lugar, hasta traspasar la sensación de estar meramente dormidos. Llegar a la profundidad, a la infinita profundidad de sumergirnos en el sueño infinito y luego  despertar. Nadar serenamente por aquel espiral, hasta respirar el alivio.
Es necesario, es vital poder pasear por ese lugar al menos una vez en la vida. Seria precioso pasear por ese lugar una vez al día, pero sería lo más amoroso que pudiéramos hacer por nosotros mismos, habitar ese lugar a cada instante de nuestra vida. Sentir que desde nuestro cuerpo están las ventanas que observan al mundo, pero que nosotros estamos en nuestro lugar. En nuestro paisaje particular, en ese supremo sitio donde nada nos toca, solo nos invita.
 Una vez en nuestro lugar, seria hermoso poder crear. Dibujar, cantar, escribir, bailar, soñar. Liberar dulcemente cada una de nuestras sensaciones, de nuestras emociones, con la forma que  nuestras ideas quieran, y así comunicarnos con otros paisajes, mientras nos reflejamos infinitamente.
Una vez dentro de nuestro paisaje, hay que dejarse llevar por la luz, por el perfume, por los colores, y la inspiración no es otra cosa que crear mapas, rutas, puentes y caminos, para que otros como nosotros hallen su lugar, su paisaje particular, su misión en el mundo.


Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.