miércoles, 29 de febrero de 2012

… aun cuando no dices nada



Deja a la nube convertirse en tormenta y luego en rio
Deja que mi cuerpo se sumerja en el agua
Que mis cabellos imiten la corriente del espíritu líquido
Y se abran desde mi piel a mis sueños
Los secretos jardines que guardo en el alma.

Y mientras me duermo o me muero
Amanecer un nuevo sol desde las manos
Sin quemarme los ojos por atraer sus rayos a mi ventana
Acariciar el lomo del dragón de los infiernos
Y dormir entre sus patas.

Deja que la noche sea la misma mujer que te desnuda
Deja que lleve mi nombre la india que inicia rituales de selva en tu cama
Deja que la mitad de mis besos caigan desde tu frente
Mientras la otra mitad flotando desde el suelo
Se hunde en el valle de tu pecho
Mientras rompe las piedras de todas las palabras.

Y mientras el día se esconde por los rincones
Entre grietas de paredes gastadas
Mientras la luz se confunde con los brillos del agua
El rio invisible que guarda los secretos peces de la magia
Canta con su perfume de luna sobre la piel de la orilla entre insectos y ranas.

A veces me confundo de nombre y no sé si me despiden o me llaman
Ni en qué siglo nacieron mis silencios o en que siglo lastimaron mis alas
Y cuando me pierdo cariño mío, luz de cielo sobre los labios del agua...
Y cuando me sumerjo amor mío, caballero de armadura de hojas del árbol de la esperanza
Cuando me muero de todos y de nada renazco de tu voz en la distancia
… aun cuando no dices nada llevas en tu interior el eco de todas las palabras que hacen falta.


martes, 28 de febrero de 2012

Respirar.

Aprendí a emigrar como lo hacen las aves,  buscando el amanecer viajo durante toda la noche. Voy con los ojos cerrados flotando en el aire, chocando a veces con los arboles o abrigándome en las luces de los faroles. Aprendí a emigrar también durante el día, cuando alguna mala energía me cambia el clima y me nubla todo, entonces voy con los ojos abiertos mientras intento aliviar la tormenta que se despierta en mi pecho. Salgo despedida desde mi boca, soy como una pequeña burbuja transparente esperando no estallar antes de alcanzar las nubes. A veces el aprendizaje me cuesta mucho tiempo, me toma mucha energía y creo no poder lograr mi meta, pero mi espíritu tira de mí como un cometa, yo apenas soy la sombra que sigue su vuelo.

En esta hora he logrado saltar tres veces de tres distintos problemas en mi mente: la soledad, la decepción y la tristeza. Ahora trato de ver el reflejo de la luna en el estanque, me inclino sin miedo a caerme. La profundidad liquida tiene la magia de todo el universo. En esta hora he logrado superar algunos miedos, puedo morir o trascender esta noche, mañana el alba seguirá siendo el paisaje más bello. Respiro, comprendo, sonrío, me elevo. Todo el mundo es un pez que nada en mi cabeza. Respiro, comprendo, sonrió, me elevo. Nuevamente he amanecido después de la tristeza. Respiro, comprendo, sonrío, me elevo. Estando en el aire, la libertad es la sensación de no tener cuerpo ni problemas, ni lazos que me sujeten a la tierra.


viernes, 17 de febrero de 2012

...un paisaje diferente

Cuando no tengo rostro soy el ave que imprime de vuelos el aire
Entonces la poesía nace mientras despierto y descubro que otra vez  ha llegado el alba.

Siempre la selva se rebalsa y de sus forman caen cientos de arboles que van a parar a mis ojos
Algunos jaguares, algunas flores venenosas de dulce aroma y colores radiantes

Cuando no tengo nombre mi piel se parece al cielo y puedo ver como en mi superficie vuelan las naves, los globos aerostáticos, hermosos cometas, y cohetes espaciales, más allá… en mi profundidad las estrellas mueren y nacen las galaxias

Siempre que me siento morir vuelvo a las letras y me invento una vida nueva, un paisaje diferente, miles de puertas y ventanas abiertas, algunos niños en los jardines jugando en los columpios de los arboles.

Esta noche no voy a lamentarme,  al no poder aullar desesperada prefiero morder mi labio y guardar silencio.

martes, 14 de febrero de 2012

Hombres alba.

Los hombres mansos del alba elevaban las manos al cielo y recibían la lluvia. Construían los ríos, guiaban a los pueblos, bajaban las banderas y subían luminosos  arcoíris. Los hombres mansos escribían en el agua y  hablaban con las piedras, caminaban al ritmo de la luna, despertaban a los ancianos, a los niños  y a todos  los dormidos. Y en las aldeas, o en las ciudades el ritual de la comida era simplemente  compartirla. Y en las aldeas o en las ciudades no era necesaria la medicina. Aquellos hombres escribían o leían pero sus  libros eran  los hermanos menores de la tierra,  aquellos que guardan las historias de su  experiencia a lo largo de la vida.
Los hombres mansos respiraban al ritmo del viento en los arboles, las estrellas guiaban sus pasos, la noche su descanso y su ritmo se renovaba con la primer luz del día. 

domingo, 12 de febrero de 2012

He pasado varios días encerrada, sumergida en mis silencios y tormentas. Evaluando. No sé de qué va este tiempo, ni que energía lo mueve. Apenas si distingo las variaciones del clima y del viento. En mis paisajes los arboles hablan con las nubes, las hojas se suicidan en una danza que se parece a la lluvia pero es gris o verde, o dorada y seca. A todos nos recibe la tierra, sin importar que hayamos hecho por ella. A todos nos recibe la tierra. En mi silencio descubrí que sin evitarlo me sumergía en antiguas heridas. Experimentaba la sensación del dolor en el tiempo. La superficie de mi es el mar tranquilo, porque vivo en el mundo al revés mientras en mi interior se desatan como globos a la superficie de mi mente todos mis miedos. Busque en mis pies todas las huellas del camino, la piel luce un poco mas gastada, mis manos entre ellos parecen aves delgadas y frías.

He pasado varios días encerrada. Descubrí que tratando de soltarnos pasamos la vida, observando las paredes, temiendo a las distancias. Lo natural se apaga, la luz artificial nos envía señales del otro mundo, ese que habitamos piel afuera.
Hoy una vez más, te espere, estar en silencio es esperar tu llegada. Ver el paisaje, oler la lluvia que aun no pisa la superficie de la tierra. Y los arboles, y sus rumores de hojas en el aire, y los cielos y sus paisajes de algodón, y la rutina y su música artificial, todo es un preludio de un hombre sol, así como eres.
Te sueño, te imagino, trato de alcanzarte  respirando y entregándome a la brisa, pero siempre estas más lejos. Siempre vas a un ritmo distinto, latiendo como lo hace la tierra, pero en otra dirección.
A veces los peces que construye mi imaginación, me cuentan sobre el cielo de tu espejo, sobre el ángel de tu sueño, a veces las aves que te descubren guardan silencio y observan junto a mí en la misma dirección.
Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.