martes, 23 de septiembre de 2014

Directo al espíritu


De todo me desprendo en la ultima hora.

Soy una embarcación de humo que ha llegado a la línea que une  el océano al infinito.

Tomo la decisión de hacerme nube y perderme en los giros del aire, nada me retiene.

La voz humana palpita en mi interior, entonces abro la jaula para que en la distancia puedan oírme.

Alguien despertara del sueño, no será demasiado tarde, siempre se está a tiempo de abrir una ventana y ver la calidez del mundo perdida entre los árboles, en las alas, los picos y las hojas que anuncian un cambio de estación.

Aquí dentro ya no hace frio, aquí dentro ya no estoy.
Decidí hacerme nube en algún lugar del espacio, por eso si miras a ningún sitio a través de una ventana que dé al cielo, puede ser que me mires directo al espíritu.


Soledad




Mi soledad es este instante donde permito a la música que me haga y  me deshaga.
Que me arrastre a la luz o a la sombra.
Y los recuerdos pasan, son como un paisaje que puedes ver viajando en algún tren viejo.
Esos que parecen sollozar durante el viaje y quebrar su forma por seguir la forma de las vías.

Mis manos guardan los secretos de la quiromancia, pero no es por eso que las observo,
Simplemente realizo un intento desesperado,   de comprender  en ellas mi suerte sin leerla.

La música sigue llevando mi espíritu de paseo por las nubes, se confunde su forma con las figuras de humo de los hombres bobos.

Seguramente estoy perdiendo la fe en todo lo conocido, no hay nada en el mundo que me consuele o me sujete.
Estoy a punto de salir despedida a la nada desde esta sucia ventana que lo opaca todo.

Mi soledad es en noches como esta, la comprensión  sagrada de saber que sin importan a quien abrace, mi corazón dentro de mi late solo.



lunes, 22 de septiembre de 2014

Llegar a las flores por su perfume, no por su tamaño o su forma. Es como oír la voz espiritual de alguien y alcanzarlo en la distancia, sin confusiones. Ver a los ojos al mismo universo, en cualquier criatura. Saberse celestiales por el simple hecho de estar vivos. No aprendí a cantar, de la misma forma que no aprendí a sentir, la naturaleza nos da una piel tan especial que es un paisaje, cuando aprenden a contemplarte te sienten y respiran.
Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.