domingo, 29 de septiembre de 2013

Pasara esta noche...


Esto de llevar en el cuerpo la herencia de mis ancestros, pesa igual que el cielo y el infierno, batallando dentro de mi torrente sanguíneo se suceden incansables…. incendios y tormentas.
Peces que se convierten en estrellas y se reflejan en el espejo universal.
Desde este azul profundo…  en la distancia, la sombra de todas las cosas parece tragarse al noble animal de mi espíritu. Pero no lo dejo, no se lo permito, avanzó sobre los abismos a paso de nube.
A veces en naves de humo que salen de tu boca, se pierden mis sueños, y deliro herida, sumergiéndome en malas decisiones, mal destino, mal tiempo.
Voy por la vida con un arco humilde, ramitas afiladas y torpe destreza, intentando perforar las aves de mis miedos…
Caen tras mi huella: pájaros cenizas, pájaros negros, malos espíritus , malos pensamientos. 
Todo queda en el camino, lejos de mi, lejos de mi suerte y mi cuerpo.
Pasará esta noche.
La oscuridad y la tierra germinaran selvas de verde profundo, el paisaje será un lugar amable para despertar el día, la vida líquida encontrará formas caprichosas y recorrerá la tierra y la distancia a un ritmo constante y bendito, mi respiración buscará en el vaivén de los árboles su melodía, y proseguir su canto, herbal y místico hasta el último día.

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.