miércoles, 24 de marzo de 2010

Espumas de jabón.





Trato de no tacarte para no estallar.

Tratas de no acercarte para no estallarme.

No soy una bomba

Solo soy una esfera cristalina.

Una pequeña burbuja de espuma.

Una cristalina burbuja que contiene un arcoiris en toda su forma.

Y me oculto de tus dedos y de tus pestañas.

Por no perder mi existencia.

Porque desaparezco si me tocas.

Esta música de cuerdas invisibles.

Que repite mi alma.

Me mueve, un poco arriba de los árboles.

Un poco arriba de de tu cara.

Un poco sobre los labios de la señora luna,

Que observa tus pies descalzos.

Saliste corriendo de tu casa.

Te jalaba un dolor y un deseo de lluvia

A plena madrugada.

Te lanzaste a la calle.

La luna, te recibe.

El silencio te recibe.

La cuerda de mi alma,

Que me eleva a este rincón del mundo

Que ahora te recibe.

Y te da bienvenidas blancas.

Blancas de flores.

Blancas de esperanza...

Blancas de perfumes de miradas.


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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.