sábado, 6 de marzo de 2010

Sonrisa.



Es maravilloso.

Que se despierten así,

Como flores que se abren en los primeros rayos del día.

Que se despierte y yo escuche esos sonidos.

Y mis manos van a mi pecho.

... Ay, que pena no puedo escuchar sus latidos.

No puedo acercar mi oído, a mi corazón.


Pero es algo maravilloso.


Despertar en una sonrisa.

Sentir como las mejillas se abren.

Y la boca, no se contiene.

Parece que una mariposa me aleta dentro de la boca.

Y me hace cosquillas en el interior de las mejillas

Y me obliga a sonreír.


Pero… es bello.

… pero, esa risa.

Nueva, fresca, desconocida.

Que aparece así en mi rostro.

Y que hace que mis manos vallan a mi pecho.

Y que cierre de a ratos los ojos.

Por que mis parpados ya saben.

Que mis pobres ojos no pueden ver la fuente de esta sonrisa.

Esta risa increíble.

Esta sonrisa que viajo distancias.

En unas letras.

En un mensaje.

En un suspiro.

Que trae polen de flores que solo hay en el polo norte.

Entre los osos, polares.

Polen de flores mágicas.


Esta sonrisa.

Acuna mi alma.

Y mi alma…

Es una niña pequeña.

Que juega a veces a robar manzanas.

Que cruza los jardines ajenos.

Y saluda a las plantas.

Que besa con sabor a caramelo.

Y que regala canciones de almohada.


Esta sonrisa… sonríe a mi alma.

Y mi corazón, es una cajita de música.

Una cajita de música...

Que a veces acelera el ritmo.

Y a veces se calma.

Que se golpea entre los huesos.

Por salir y gritar en mi oído.

Verdades sobre la magia.


Esta sonrisa, que aletea en mi boca.

Que desprende su perfume de añoranza.

Que me trae nostalgia de recuerdos de otras vidas.

Y de otros pies que me llevaron al campo y a la playa.

De otros pies que también encontraron esta mariposa entre sus dedos.

Y aprendieron a hablar con las hormigas mitras caminaban.


Esta sonrisa, es de la mariposa, de tus besos.

Es de la mariposa de tus palabras.

Es de la mariposa de tus labios en la distancia.


Esta sonrisa es de la música,

Y canta al compás de la cajita musical de mi caja torácica.





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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.