miércoles, 24 de marzo de 2010

Molinitos de papel.





Molinitos de papel.


Primavera contenida en colores pequeños.


Sonrisa de agua.


Una línea surca la ausencia presiona la superficie,

Nace un agrieta.

La tierra resiente el dolor,

El dolor abraza,

Viaja y se dirige, arriba mas arriba,

Rompe el horizonte alcanza el cielo.

Las nubes se apartan,

Escapan, huyen, tienen miedo de esa grieta.

Esa fisura en la tierra.


Silencio.

Pasa un cometa.

Arrastrando más esferas.

Que parecen globos de colores amarillos y violetas.


De la grieta, sale una bruma un humo de color naranja, un naranja profundo, empieza a perfumar la atmosfera con su color.


El ambiente esta poseído por el color de la grieta.


Nadie observa estas cosas solo la tierra.

Los autos circulan como si nada les importara.

Los autos parecen, escarabajos.

Andando veloces sobre el cemento.


Molinito de papel, libera perfumes.

Libera palabras.

Los grillos se convierten en personas, que nos chillan y nos cantan.

Sonríe en la noche la luna despierta en tules de luz plata.

Sonríe la noche en tules azules de su mirada.

Y el cabello de la noche envuelve como una brisa que nos enfría el rostro.

Y nos perfuma hasta que nos encuentra la madrugada.

Y del molinito de papel, se escuchan esas melodías de cajita de música dorada.

Nos recuerdas niños jugando y riendo en plazas de colores.

Caramelos, disfraces de juegos, y manzanas.


Molinito de papel.

Luz roja, con franjas de colores verde agua.

Suspira magia en pequeños brillos que nos refrescan los dolores del alma.

Tenemos un espíritu nuevo, recién nacido de los giros de la magia.

Sobre un molinito que nos canta sus canciones de azúcar de colores.

De coros de duendes escondidos entre las plantas.

Y un lero lero, me roba una sonrisa.

Y un lero lero, esta a punto de sonreír deslizándose por tu cara.

1, 2, 3, sonríe ahora con el alma.


1 comentario:

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.