domingo, 14 de marzo de 2010

Desde mi Buenos Aires insomne.






Difícil... la noche.

Que abraza de costado,

Y te empuja a los bordes de la vereda.

Te deja medio tumbao´ en la calle.

Que es mejor si decimos “caye”

Para estas horas.


¡Buenos Aires!,

“Mí, Buenos Aires querido”.

Todo lo transformas.


“Barrio, barrio, que tenes el ama inquieta…. La ra la la la la lá”


Y ahora te perfilas.

A florear tu tristeza… que parece una ausencia de muletas.

Insólita pérdida.


Perdida de equilibrio.


La tierra se arremolina en tu cabello.

Mientras sostienes entre los dientes.

El ultimo de los cláveles, de tu sábado trece.


La muerte insomne… que besa, las piernas.

Y deposita una bomba de cansancio y otra de demora.


Justo sobre la mano que debía proteger del golpe.

Tu mano cubriéndote del horizonte.

Y cae la tristeza… que inunda y sofoca las mejillas.

Dolor de Domingo que amanece.

Es un dolor curioso.

Es la razón aun más poderosa para el insomnio.


Saber que amanece.


1 comentario:

  1. Es cierto. Suelen tener las ciudades en las que uno vive los recovecos despiertos, amenazantes, los ecos encendidos… a veces no hay a donde esconderse.

    Como siempre, sumamente redondo y contundente… y esta vez también, muy Buenos Aires.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.