martes, 20 de abril de 2010

Sonríe y sueña.





La dualidad.

Los extremos.

El cielo, la tierra.

El amor, el odio.

Tú presencia.

Tu ausencia.

El silencio.

Tú corazón.


El pez y el pajaro son iguales.

Solo cambia su modo de bailar.


Cuando te hablo, y cuando callo.

Es igual.

Solo cambia mi modo de tocarte.

Mi modo de bailar hasta ti.

Mi modo de cantar.

Y si no tengo palabras ni silencios.

Cierro mis ojos y te busco en mi oscuridad.

Mis manos, mi cuerpo te encuentran.

Abrigo tu ausencia con tu tibieza.


Y a penas estoy jugando a que se volar.

A penas estoy tocando la pestaña de un sueño.

Apenas si entiendo de esta nueva forma de amar.

Amar como se ama al aire, y sus aromas de flores blancas.

Sin saber donde están, porque el aire traslada las sensaciones.

Que llegan a nuestros rostros con su luz espiritual.


Sonríe, sonríe y sueña.

Como lo hace mi cuerpo al despertar.

Como lo hace el espíritu de la luna en la ventana antes de que el sol, la invite a saltar.

A ese charco del sueño donde se encuentran.

Y comienzan a bailar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.