martes, 13 de abril de 2010

Seré...




Seré desde mi abril, hasta mi nuevo enero.

Una luz menguante de tus palabras.

Un silbido leve a tu espalda.

Una mano que anhela enredarse entre los perfumes de tu pecho.

Usar tu corazón de almohada.


Seré una luna mas para el jardín de los cerezos.

Seré una mujer más en la procesión de musas que te habitan.

Seré un vientre y un sexo de blancuras que asoman a tus ojos

Para robarte algunas caricias.


De la frágil ausencia se desprenden los ecos.

Mas gotas de este rocío que no para.

Todo emana su música de selva entre los brillos líquidos de mejillas azules

Ante tu luz blanca.


Seré la noche tierna.

Una brisa tibia que despierta las ondas del río.

El borde la piedras que palpita la superficie.

Donde descansan los ojos de las ramas.


Algunas veces seré el silencio, la garra del halcón

Que desagarra el sueño.

La blandura de las sabanas.


Seré septiembre prometido en los balcones.

La flor que cae de la mano de la dama.

El beso del niño en la frente en la madre.

El labio del amante en el cuello de la amada.


Seré la penumbra de la muerte.

Asomando a los rincones de mis temores.

Seré el temor mismo dejándose invadir por los fantasmas.

Seré tu voz entrecortada del otro lado de los muros.

De estas flores multicolores de mi desgracia.


Seré, tantas cosas.

Olvidare mis nombres.

Olvidare mi rostro, mi casa.

Olvidare, de donde provengo, a donde me dirijo.

Olvidare el llanto, la risa.

La luz, la sombra.

El jardín, los pinos, las manzanas.

Olvidare tu paso, mi paso, las palabras.

Olvidare mis oídos, los sonidos.

Mis manos, el agua.


Olvidare los principios, los finales.

Los fracasos.

Caeré en mi sueño.

Olvidare como despertar la vida en la mañana.

Y seré nuevamente la figura de mi misma en los espejos.

Mi rostro de cansada.

Mi sonrisa nueva a cada instante.

Mi lágrima.


Pero no seré la de ahora, ni la de ayer.

Probablemente no seré la de mañana.

Tú no serás en mi mente, lo que eres, lo que has sido.

Lo que serás mañana.

Confundiré los límites.

De ti y de mí.

A cada paso si, como siempre entregare mi alma.

Querré a corazón abierto.

Vibrando mi música de violines y campanas.

A cada paso, si, claro que si, como siempre si.

Entregare mi alma.

Querré a corazón abierto.

Con mi espíritu envolviendo mis palabras.


1 comentario:

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.