miércoles, 7 de abril de 2010

¿Cuándo?




La tristeza trepa, como esas plantas increíbles de casa antiguas.
Me convertí en una casa antigua.
Con salones oscuros.
Ventanas empañadas de soledades.
Cortinas pesadas, marchitas.
Un jardín seco, de plantas vencidas.
Algunas semillas secas regadas entre los huecos de las baldosas muertas.
Unas macetas rotas, dejando ver la terracota sucia.

La tristeza abraza como un niño pequeño.
Se alimenta de mis senos.
Seca mi vientre de soles y luces de estrellas de agua
Que alguna vez conservaron nombres de héroes.

Mi dolor es un pequeño pez.
Que nada sobre la superficie de mi rostro
Y a veces se anida en mi frente.

Mis dibujos no denuncian lugares de colores.

Se perdieron las líneas onduladas.
Y todos los árboles aparecen besados absurdamente por el invierno.

Me dormí en esta estación de gris desamparo.
De gris desconsuelo.
Y mi rosario de penas, me obliga a nombrar uno a uno mis errores.
Mis pasos en falso.
El nombre verdadero de mis fantasmas.
Y ver a los ojos al demonio de mis manos.
El que me muerde cuando siento frío en los hombros
Y trato de acurrucarme en mi propio cuerpo.

La tristeza trepa, como esas plantas de casas antiguas, que mientras avanzan también se seca, y abrazan los balcones de rejas.
Que demuestran más ausencias de flor.

¿Cuándo caerá el mármol a la tierra?
¿Cuándo caerá el mármol con mi nombre?
¿Cuándo besaran los gusanos mi carne seca?
¿Cuándo abrigada de sombra atravesare los últimos portales?
Y tomare distancia de mi propia esfera.
¿Cuándo… luz distante, esfera pálida… dime cuando?
¿Cuándo caeré en la tierra, y seguiré cayendo hasta la roca de fuego y descenderé hasta el infierno?
¿Cuándo?
¿Cuándo se terminara este ciclo de agua salada que reaviva la herida sobre la que se duerme el alma de mis pesares?
¿Cuándo la luz del norte, la luz del sur, la luz del oeste y del este, bajaran sus parpados eternos?
Y no abran mas sombras que persigan mi cuerpo.
¿Cuándo llegara el cuervo de los ojos extraños. A picotear sobre mi esternón abierto?
¿Cuándo las moscas de las distancia dejaran de zumbar sobre mis piernas?
¿Cuándo las espadas de los caballeros oscuros, dejaran de afilarse sobre mis huesos?
¿Cuándo las manos dejaran de arrojarme esas piedras?
¿Cuándo, luz, esfera pálida… dime cuando?
¿Cuándo caeré dormida en la tierra?
¿Cuándo me acunara el agua, y me llevara a su fondo seco?
¿Cuándo encontrare el camino de perfumes de mi muerte?
¿Cuándo acabara esta procesión de soledades que me aturde con sus ceguera?
¿Cuándo acabara este ruido de flores secas?
¿Cuándo morirán las campanas que resuenan mis tristezas?
¿Cuándo el viento dejara de jugar en los, molinos del infiernos?
¿Cuándo los caballos dejaran de jugar carreras sobre mi cuerpo?
¿Cuándo la flecha terminara su recorrido y alcanzara mi centro?
Basta de silencio.
Basta de distancia.
Basta de metales que me vistan de3 noche a mitad del camino al jardín de los sueños.
Basta de fantasmas que me esperan tras los pasillos, con rostros de amigos viejos.
Basta de familia que oculta verdades.
Basta de amores que temen.
Basta de bestias que rugen sobre mi pecho.
Basta de garras desgarrando la piel de mis piernas.
¿Cuándo… cuándo luz pálida, fragmento de mi ser entre las nubes, mi ultima esperanza para reinventar mi cuento?
¿Cuándo… caeré sobre la nube del silencio y me evaporare en perfumes que olvide el mundo en dos plumas de tiempo?


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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.