miércoles, 7 de abril de 2010

Respondo en silencio





Cuando tu luz es una luciérnaga, tiene perfume de abril que sonríe.

Cuando tiene forma de luna, es septiembre que besa.

Anoche el ala del sueño salpico su frescura de flor blanca sobre mi almohada húmeda.

¿Por qué mi almohada tenia retazos de mar, a mitad de una noche fría?

La esfera de nuestra energía conserva su color amarillo de líneas brillantes verdes, y puntitos blancos, que se mueven inquietos en su interior de perfumes.

El agua me abraza a mitad del camino.

El viento me pregunta si quiero convertirme en melodía.

No responde pero acepto.

Mi boca abre alas al aire.

Y soy una canción de cuerdas amables que viajan con sonidos de frutas dulces.

Acaricio el crepúsculo de mi vida, casi todas las noches.

Creo que son la última noche.

Luego el sol me sonríe en la ventana.

Mis pies le sonríen al suelo.

La tierra me sonríe.

Yo dejo caer otra forma de mar a mi cuello.

Que ahora no solo humedece mi almohada también humedece mi vestido.

Cuando tu voz es un ave de plumas lilas,

Que le da música a mi día, algo en mi interior se asoma por mi pecho y te recibe.

Cuando tu voz es apenas el sonido de una pestaña acariciando mis mejillas.

Algo de mi interior te intuye y te dibuja sobre la falda un camino de perfumes.

Cuando la mañana me pregunta si quiero ser luz que estalle en las cortinas.

No respondo pero acepto, y me parezco a una línea que cae directo a las flores de todos los jardines.


1 comentario:

  1. "No respondo pero acepto, y me parezco a una línea que cae directo a las flores de todos los jardines."

    Una caricia que recibe... Eso es esto...

    Un abrazo!


    andrés

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.