domingo, 18 de abril de 2010

El Edén es un modo de mirar.




Recién salida del agua

Como si recién amaneciera de una nube.

Paso libre morena voluntad de renacer a cada centímetro que me acerca y me aleja de la orilla.


Canela que sobre los hombros me perfuma de luces.

Con labios de pétalos que recién se abren a la luz liberando colores de mañana otoñal.


Aun con el cuerpo húmedo de la savia herbal que respira la tierra.

Comienzo a saltar por las cumbres.

Corro alentada por la música del viento.


Desde el tono de agua que libero la ultima lluvia.

La costa de mis sentimientos.

Despierta los peces y el coral.


Principio de sueño.

Crepúsculo de lunas.

Canción de esternones abiertos a la poesía.

Música de cuencos, y tambores.

Caña que repica el ritmo al andar.

Al son de las frutas dulces de todas las estaciones.

El Edén es un modo de mirar.


No vacilo mis pasos frente a los abismos.

Avanzo con plumas de delirios.


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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.