No pretendo, no busco, no miento, no engaño, no traigo a mi tiempo, ni llevo a mi cuerpo, nada que no sea para mi.
Aprendí a emigrar, soy un pájaro melancólico en la brisa, lo acepto, y me amo, me acepto con sincera ternura, soy esto, no aquello que pretenden de mi.
Observo mi reflejo en los ojos de extraños y comprendo la tristeza que me habita, es infinitamente maravillosa la vida, pero ella misma a veces se olvida, y su paso se confunde en los paisajes, entre sombras y enredos de luz.
No rompo, no huyo, no tengo, no existo, no estoy, no quiero. Pierdo a veces la visión unos Instantes y la noche llega como el viejo recuerdo de una herida, la percibo, la noche no sana, mi tiempo es frágil, me alimento de un recuerdo, cometo un error absurdo, permito que despierte el dolor y lo contemplo solo por ver que rostro trae esta vez el angel de todas las profecías.
Anunciado final para mi tiempo,nacida repetidas veces, no me preocupan los días, vivo de instantes maravillosamente distintos, cada uno me trae un nuevo perfume, una nueva forma de seguir camino.
No pretendo, no busco, no miento, no engaño, no traigo a mi tiempo, ni llevo a mi cuerpo, nada que no sea para mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario