lunes, 28 de diciembre de 2015

Contemplando Universos VII

Mi madre a veces tiene pesadillas, despierto, me acerco a ella, la observo, la despierto.
Mi perro sueña mundos extraños.
Yo no duermo.
Abro el corazón a veces, cometo el error de convertirme en paisaje . Soy un retazo de verde, algo de lila, amarillo y profundo celeste.
Abro el corazón a veces, luego me hago daño sintiendo que no fui suficientemente buena, bella, azul, mágica, sencilla o compleja.
Mi animal sagrado me observa, seguramente estoy teniendo una pesadilla en este instante mismo, pero el no me despierta, simplemente aguarda a que despierte.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.