lunes, 28 de diciembre de 2015

Contemplo Universos VIII

Esta noche la humanidad baja la guardia y es mas humana. El nudo de mi cuerpo se desata, mi energía fluye y se expande, me conecta, me hace libre, me renueva. De todas mis versiones, el silencio es un paisaje para dejarse llevar por los antiguos arboles creadores de la brisa. Tengo un corazón, una casa amable, familia, madre, hermanos, un padre infierno que es un gran maestro, me siento agradecida. La tristeza es una ventana, el amor la visión de un cielo despejado. Suelto el cuerpo sobre el alma, siento el latido tierra, el abrazo herbal de mis ancestros, mi rostro es un diminuto mapa de mi vida, y en el fluyen ríos y todas sus criaturas. Respiro, dejo de hacerlo y me pierdo del mundo. Respiro, el corazón envejece como el cuerpo, acumula vida si no late luz amorosa por el tiempo que nos toca, y sin querer explota, pobre máquina herida de la melancolía. La humanidad es mas humana cuando vibra. Me acerco al árbol, siento su corazón, permito que pueda entrar en mi, parte de su voz resuena en mi interior, fluye como la tibieza del campo amanecido. Me vuelvo tierra para recibirlo, árbol padre, árbol guía. Dormiré, encontré los brazos mas amables después de los de mi madre, la madera late verde y nos perfuma. Sueño sagrado, bosques que caminan, flotan en el aire, danzan sobre el agua, cantan, respiran. Su perfume magia, impregna mis sentidos. Sueño vida.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.