lunes, 28 de diciembre de 2015

Contemplando Universos IV

Parte del árbol está muriendo, lo contemplo, y lo lamento. Parte de su corteza cae, sus ramas secas se quiebran.
Mis manos buscan un latido, una vibración de agua, una vibración de luz, una respuesta de su espíritu directo a mi espíritu.
El doloroso proceso comienza, me siento un Instante a percibir la variación del aire, su temperatura, su rumor, su perfume.
El árbol esta muriendo, muchos árboles mueren su madera, sus hojas, sus ramas no florecen, no dan frutos, no reverdecen.
Entre las raíces suceden milagros, ríos secretos fluyen mas allá del cuerpo del árbol. Su espíritu se conecta con sus hermanos , mientras lo contemplo puedo fluir con él.
Luego de esta pequeña muerte, la semilla despierta, el viejo tronco se tuerce y cae, y la vida busca camino para seguir en la profundidad y la superficie, conectándose con la sombra y la luz.
Siento un pequeño dolor, la sagrada comprensión que algunas muertes son necesarias. Estoy en un estado de crisálida, aun en la penumbra mi latido de agua intenta fluir.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.