Puedo oír la música de las aves invisibles en la brisa, agitándose en el perfume de la luz.
Mientras el pez del aire viaja distancias imposibles y me recuerda silencios perdidos en el frío abismal de las estaciones tristes.
Levanto la vista mas allá de lo conocido, quedo a veces en la noche, ciega en la oscuridad de los espejismos. No me doy por vencida, jamás atentó contra mis sueños, simplemente los dejo suspendidos en el aire para observarlos y ver qué forma llevan, que voz guardan, que secretos.
Mientras el pez del aire viaja distancias imposibles y me recuerda silencios perdidos en el frío abismal de las estaciones tristes.
Levanto la vista mas allá de lo conocido, quedo a veces en la noche, ciega en la oscuridad de los espejismos. No me doy por vencida, jamás atentó contra mis sueños, simplemente los dejo suspendidos en el aire para observarlos y ver qué forma llevan, que voz guardan, que secretos.
Sé más de mi cuando no pretendo saber nada de nadie más en el mundo, entonces lo abarco todo, y puedo comprender lo diminuto, lo gigante, lo maravilloso y lo absurdo.
Soy.
Siento.
Vivo.
Siento.
Vivo.
Tengo una canción nueva arrullando mi espíritu.
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