A veces es necesario romperse, buscar la herramienta apropiada y romperse por completo. Golpear lo suficiente para que las paredes caigan, saltar lo suficiente para que el suelo y el techo caigan.
Dejo crecer mis uñas, y las clavo sobre mi pecho. El esternón cruje, duele, el dolor genuino de la piel que se desgarra, del músculo que se vence, del hueso que se parte.
Así vivimos, buscando que nos duela el alma.
Dejo crecer mis uñas, y las clavo sobre mi pecho. El esternón cruje, duele, el dolor genuino de la piel que se desgarra, del músculo que se vence, del hueso que se parte.
Así vivimos, buscando que nos duela el alma.
A veces es necesario romperse, palpar la herida, medicarla.
A veces es necesario recurrir a lo salvaje, a lo primitivo.
Entonces, hundo mis pies en la tierra, desnuda comienzo a gemir en el aire, elevo los brazos, recibo al cielo y siento, como la suave luz que la noche emana desde el universo desciende a mi cuerpo.
A veces es necesario romperse, por eso uno finge a creer cosas absurdas. El amor, el poder del tiempo, el ciclo de una vida.
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