lunes, 28 de diciembre de 2015

No te menciono

No te menciono, no te nombro, no te toco, no te alcanzo, ni te abarco. Entonces somos libres, al menos yo lo soy, pero no absolutamente, solo de ti y de todos. Así me apreso yo misma, yo menciono mi nombre, me alcanzó, me toco, me abarco.
Así fue, así es.
Una diminuta explosión, un orgasmo silencioso.
Capturar un rostro desconocido en un sueño. 
Sujetar con el alma una taza de café.
Beber el silencio y la lluvia.
Contemplar mi respiración, una y otra vez.
No te nombro.
Renuncie a vos por un amor mas grande, renuncié a tu forma, y a tu historia.
Ahora me descubro, me trato con ternura, camino lentamente a cualquier parte.
Disfruto del silencio, saboreo lo dulce y cítrico de la música.
Ahora no te nombro. Mis pensamientos me traen tu recuerdo, alguna palabra olvidada, una mirada que me nubla. Solo te observo, y como un perfume suave, te vas evaporando de mi recuerdo.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.