lunes, 22 de febrero de 2010

Me dejas ser...

Me dejas ser paloma.
Y picotear tu cuello.
Y bajar,
Hasta el tercer botón de tu camisa.
Y meterme dentro.
Y que me sientas ahí,
Tibia, y llena de plumas.
Entre tu ombligo y tu pecho.

Me dejas ser el aire.
Y despeinar tu silencio
Y secarte los labios de besos.

Y meterme despacio entre tus dedos.
Helar tu piel entre caricias y juegos.

Me dejar ser tu bebida.
Recorrerte liquida desde tu boca a tu interior.
Retenme un poco.
Entre tu lengua y tus dientes.
Y luego consúmeme,
Sintiendo mí perfume.
Paladeando mi sabor.


Me dejas ser luz.
Y entrar como un insecto inquieto por tu ventana
Acariciar tus parpados y tu perfil
Recorrer tus cejas,
Tu nariz,
Llegar hasta tus labios
Y oscurecerme allí.

Me dejas ser tus sabanas.
Y cubrirte por completo.
Disfrutar de un lado tu cuerpo,
Del otro lado las mantas.
Y el cielo.

Déjame una vez en este juego.
Ser mujer.
Y se tú,
La paloma,
La bebida.
La luz.
Las sabanas y mi sueño.

1 comentario:

  1. hermoso poema señorita, una metamorfosis constante de amor.
    un saludo
    tambien estuve un rato largo escuchando su voz

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.