
La ventana insolente me discute.
Que no te encontrare tras ella.
De todas maneras.
Yo no he vuelto a preguntar
… pero ella se intuye,
Que cada que me acerco,
Y mis ojos se clavan allá después de esos árboles
En lugares tan lejanos.
.. Ella sabe que solo puedo mantener este espíritu,
Como un funámbulo desde el horizonte.
Solo puedo…
Desprenderme desde de mis ojos,
Ser un fantasma de cortinas que se sumerge en la distancia
Enredar mis pies en las nubes
Anhelar las flores de esos parques
Perfumar con mi bandera aquel jardín de frutas y perfumes.
Mi rostro contra el marco,
Mis suspiros chocando contra los vidrios.
Corro los paneles, y siento el aire.
Es temprano.
Las mariposas se escapan de mi vientre.
Y circulan mi habitación.
Las paredes reciben sus sombras y las ilustran.
Mis mariposas salen por la ventana
Y allá cuando pasan aquellos árboles
Sus alas se hacen de luz y de fuego
Las pierdo, el sol que asoma de esa línea.
Las observa sonriente, sabe la dirección que tienen.
Saben el propósito que tienen.
Un hilo de vida desde mis labios las mantiene en el aire
Si dejo de respirar caen estremecidas en el suelo.
Vuela pálido, el vestido blanco.
Mi ventana me acaricia.
Se sonríe, como el sol por aquellas mariposas.
Sabe la dirección de mis latidos
Donde hace ecos el trueno de mi estomago.
Donde despiertan en esferas de espuma
Cada uno de mis suspiros.
La bandera blanca que dirige a las mariposas a conquistar la tierra donde se hace el fuego, donde anidaran mientras tu aliento las sostenga.
ResponderEliminarUn saludo
ey bienvenido, muchas gracias por tu comentario.
ResponderEliminarun beso.
Sabina.
(ya pase por tu blog, me gusto mucho)
Las mariposas de alas de fuego.
ResponderEliminarLas mariposas de sístole y diástole.
De tus sueños.
Surcan los cielos.
Enfilando allá lejos.
Donde tus ojos miran.
Donde tu corazón ordena.
Tres niños las vieron pasar.
Y durante una semana.
Todas las mañanas.
Sintiéronse volar.