domingo, 14 de febrero de 2010

Recordar



A veces parece que es solo un sueño.

Un simple engaño del alma.

Una necesidad más.

Entre las otras necesidades dormidas.


Recordar, ese sitio junto al lago.

Esos árboles dorados.

Esa música de alas.


Cerrar los ojos con el rostro paralelo al cielo

Con el alma paralela al infinito.


Transportarse,

Subir el puente de hilo que se enreda en mi cabello

Y me dirige, me guía.

Parar aquel sitio.


Recordar.


Mirar mis manos.

Recordar aquellas esferas que se dispararon de ellas.


Recordar.


Sentir sobre la boca

La humedad y el sabor de aquellas frutas.


Y el aroma,

Ese perfume de recuerdo

Que viene a fuerte galope sobre mis emociones.


¿Donde esta ese lugar?


Recordar.


Cerrar los ojos.

Mientras el viento juega en mis cabellos.

Y me trae más sensaciones.

Y abro los ojos y busco arriba.

Siempre busco arriba.


Descubrir que llego la noche,

Que estoy viajando en este tren.

Y que la vida de afuera.

Es parecida a ese otro lugar.


Pero no es lo mismo.


Aquí hayumbrales.

Pero no hay esa casa de madera,

No hay esos árboles en estos jardines.


No hay esas aves de fuego,

Ni esas aves azules.

No hay silencios que se encienden en los espejos.

No hay relojes de azúcar.

No hay fantasmas en las cortinas.


Recordar


Contener otra vez,

Mi ser en mis manos.

Y como si fuera un ave,

Hacerlo a volar.

Y ver como sube.

Como planea en el aire.

Como estalla en el cielo.

Como sus alas

Se confunden con los fuegos del sol.

Que lo abraza y lo recibe.


Recordarme dormida.

Escucharte cantar a lo lejos.

Y sonreír sin abrir los ojos.

Porque así tengo la seguridad de que estas aquí.

De que encontraste esa casa de madera.

Y perfumes.

Y aceites.

Y ese piso que nos recibe.

Para desayunos de mates.

Y desayunos de estrellas.

Entre la selva de tus ojos.


Recordar que apoye mi mano en tu pecho

Cuando te vi después de unos años

Recordar mis manos en tu rostro.

Y ver esos cristales humedeciendo mis dedos


Recordar tu sonrisa,

Mi sonrisa.

Como nos mirábamos la panza.

Que estaba alegre en sonidos de bienvenida.


Yo te recuerdo.

A ti.

Aquí


Tú, que andas viajando.

Buscando un lugar con lago.

Un lugar con agua.


Un lugar con árboles y música.

Que emana de la tierra.


Vi tus pies descalzos.

Sonreírme al abrir la puerta

Vi tu mano sobre tu pecho.

Sosteniendo la estrella que yo había dejado.


Te mire.

Y sonreí.


Recordar.


Recordar que siempre serás mi árbol blanco.

Aunque tú sigas buscando tu lago.


Yo estoy aquí.


Y aunque me sigas hablando del perfume de las cosas.

Y de la música del aire.

Y aunque me digas que no me salve.


Yo estoy aquí.

Canto.

Y río.

Y tengo una flor de dulce aroma.

Aroma de limones.

Como esos caramelos que muestras entre tus risas.

Cuando te alejas.


Si fuera menos mujer.

Me querrías más.


Me temerías menos.


Pero tengo esta falda.

Y tengo estos senos.


Y mi sangre te recibe.

Siempre en mi venas.

Recordar.


Que nos despedimos.

Y que me preguntaste.

Por que quería hacerlo.

Siempre nos vamos a encontrar.

Tal vez en otros rostros.

Talvez en otra vida.


Yo recuerdo el lago,

Los truenos y la tormenta.

Recuerdo tus pies descalzos,

Abriéndome la puerta.

Te recuerdo bailar sobre ese salón.

Y reír y mirarme y reír.


Recuerdo tu espalda en mi espalda.

Yo cerraba los ojos para atesorar ese recuerdo.

Para que cuando ya no estuvieras

Recostada bajo este árbol de tristezas,

Te recordara allí

Sosteniendo mí pena.


Y ahora estas allá.

Buscando un lago,

Un lugar con agua.

Una casa de madera.


Y yo estoy aquí

Deshojando esta flor

Convirtiendo sus pétalos en esferas.

Que vuelan estallan y te recuerdan.


Te lo he dicho todo y me has asentido con la mirada.


Te lo he dicho todo.

No me guarde ni la sangre ni el alma.


Ahora salgo.

Me alejo.

Me retiro.


Es hermoso entregar el cuerpo.

Entregar el alma.

Entregarlo sin esperar nada.

Mi alma andará de paseo contigo

Cuando sientas que ya no te haga falta,

La sostienes entre tus manos.

Como si fuera un ave

Y la hechas al aire

Y en el aire planeara,

Extenderá sus alas,

El sol otra vez la recibirá en sus brazos de fuego


Veré las luces a lo lejos y recibiré mi alma


Recordar es saber que estoy sola.

Que estoy acá


Pero que hay muchas mas cosas allá.

Que cuando la suerte y los pasos me lo permitan.

Podré alcanzar ese lugar.


Ese lugar con lago, ese lugar con agua.

Con una casa de madera de aceites de perfumes

De manos que hacen música

Cuando se acercan al pecho y alguien canta.


Nadie me hace vibrar tanto con su voz,

Como lo hace tu alma.


Nadie me devuelve tantos recuerdos de mí.

De mí aquí.

De mí allí,

Como tu energía en la luz.


Recordar.


Afirmar mi espíritu.

Estoy acá,

Camino respiro.

Recuerdo ese lugar.

A veces se parece a una estrella.

A veces a un silencio.

Cierro los ojos.

Suspiro.

Te evoco un momento

Desciendo.


1 comentario:

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.