martes, 2 de febrero de 2010

Persigo tu rutina.

Persigo tu rutina
Como Alicia a su conejo.
Pero tú…
No llevas reloj.

Te Obserto desde mi pecera
Pero los peces están fuera.
Aquí solo hay un fondo de piedras.

… Y ahora
¿a donde voy?

Voy tras los túneles de tu geografía.
Me guío por el titiritar de tu sonrisa.

A veces soy más complicada de lo que te imaginas.

Quiero… por que nunca esta mal decir que uno quiere en un poema
Quiero olvidarme mi reloj en el mismo lugar donde tú lo harías.

Persigo tu rutina
Soy un ave que se arrima a tu balcón
Tu balcón desgranado, por la ausencia de mi risa.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.