domingo, 1 de mayo de 2011

Soy un cielo

El árbol esconde un árbol diferente
Haces de luz de su corazón de madera
Hasta su corazón de cielo
El nido y el pájaro, esconden similares reflejos

La noche calla, porque la luz que parpadea en su piel es suficiente luz para inundar el planeta
La palabra queda quieta
Porque el agua que avecina será la canción que se espera
No mis silencios
No mis promesas

El paisaje es una estrella parecida a la muerte
Fría y nostálgica
Sin querer ser lo que es, se acerca
Todo lo oscurece, todo lo renueva
Amanecer es otro modo de nacer desde el corazón de la esfera

Cierro los ojos, porque mi corazón se abre
Mi boca se inunda de problemas, mi mente de ideas
Cierro los ojos porque mi corazón se abre y esconde lo mismo que el árbol en su espejo
Soy un cielo más grande y callado que el cielo
Por el que vuelo días y noches de invierno

Soy un cielo más grande y perfumado que el mismo cielo
Porque mi corazón es de fuego como el corazón del infierno
Pero vibro en la luz, como la madera vibra y late su dolor en el fuego

Soy un cielo, a veces me confundo y creo que soy un dolor
Pero cuando me sereno, el paisaje se revela en mis ojos
Y mi piel se puebla de estrellas como la noche más negra
Y a mi vienen los silencios para oír la música que me cubre
Cuando descubro nuevamente de qué color son mis sueños

Soy un cielo, mi palabra es el silencio, mi voz la ausencia
Pero soy un cielo mejor que el cielo.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.