miércoles, 25 de mayo de 2011

... que los días pasen

Sobre la piel del ángel dejaron caer el mundo
Las ruinas arrasaron con las estrellas que parpadeaban sobre el celestial cuerpo
Un ave logro huir antes de la tormenta, y desde un árbol de amables frutos
Observa la tristeza…
Su vuelo ya no será de cielos
El mundo se ha caído
Y en una de las habitaciones de ese millar de casas
… Ya era de ruinas hace tiempo la vida

También un ave logro huir a tiempo de esa tormenta
Y a los pies del ave que recién llega…  dejo la fruta amable que borra todos los recuerdos

Algunos la llaman semilla de tiempo
Otros más sabios, distancia y olvido.

2 comentarios:

  1. Siempre bueno leerla, amiga. Mucha naturaleza en sus palabras.

    Buenos deseos.

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  2. Me encanto, genial el final reflexivo.

    y me gusta tanto eso de escapar a las tormentas, aunque yo lo miro de otra forma, en el segundo caso de este relato, mas que escape es "cruzar" la tormenta, lo cual es mejor aun.

    Un beso,

    Facu.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.