viernes, 13 de mayo de 2011

Desolada como la noche.

Dóndes estás amor, has gritado tanto, que el sol esta tan asustado que se hunde en una de las montañas más tristes del horizonte.
Dónde estás amor, te llamo, te nombro, te invoco.
Si compartes este tiempo con mi alma, no te demores.
Me perdí en la noche, y un dolor beso mi rostro, se perdió en mi boca y en estos días convirtió mi cuerpo en una bolsa de penas que parece andar sola.

Dónde estás amor?
No se mas nada de la magia, no sé nada de los ángeles, aquí en el desierto solo habitamos los corazones rotos, lejanos, tristes con una desolación que mata a las flores.
Dónde estás amor, tengo tanto sueño y no puedo dormir
Quiero tu pecho mi hogar eterno, el valle donde me siento segura y puedo ser feliz.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.