domingo, 15 de mayo de 2011

Desesperanza.

De qué lugar han venido?
Qué tren las trajo conmigo, en qué lugar en mi patio o en mi alma esta esa estación que todos han llamado recuerdo-olvido?
Porqué se detienen al verme y luego me atraviesan, como si fuera de luz o de aire, o como si simplemente no fuera…

El camino está poblado de fantasmas, todos con sus maletas… todos ellos esperan un viento favorable que los convierta en semilla para renacer en el paisaje como nuevos arboles erguidos
Mientras esperan, la fe de muchos se quiebra, la tierra es un espacio mezquino para los fantasmas que cargan con maletas

De qué lugar han venido, por qué se acercan a la ventana, y se detienen en la mesa, y sobre una silla frágil de madera se desploman al verme… se duermen sobre sus brazos, me piden algo de beber, pero solo tengo mi alma, y no sé si eso les va bien… y aunque no me quieran, la beben, porque están sedientos… y les va igual mi alma o el agua del mundo para su sed

De qué lugar han venido, el campo se muere sin mis manos y mis manos solo saben de letras, nada de semillas ni de tierra… solo quisiera ser mas lluvia y menos poesía para que el desierto no invada mi casa y me arrastre al infierno del tiempo… de una eternidad sola con mis manos… y sin él…  él que no sueña con el nombre verdadero de mi alma, que la da igual si me ve o no ve….
No sé de qué tiempo he salido, y porque me han dejado aquí, de que tren onírico baje hace siglos, porque no sé desnudar el mundo que hay dentro del mundo al resto de los hombres, porqué sólo lo quiero hacer frente a él… a él que le da lo mismo si me tomo una nube, un trago de muerte, o una lagrima de olvido, a él que le da lo mismo el haber pasado por mi cuerpo, a él que le da lo mismo el haberme conocido, el guardarme en sus recuerdos, o arrancarme de sus sueños para siempre

No sé de qué mundos aprendí esta costumbre de amar con el alma, en que paisajes me presentaron al sol y a la lluvia por primera vez… no sé porque al llegar la noche hay partes de mi cuerpo que tienen más frio sin el abrigo de sus manos… no sé porque me  humillo en estas letras a confesar que sigo esperando que quiera recordar cuales son los caminos por los que se llega a mi alma.


De qué maldito lugar han venido estas sensaciones de angustia, de perdida, en que maldito momento he sabido de él… porqué tuvo que pasar por mis labios, porque tuvo que entrar en mi vida, porqué no me dejo en mi mundo de sueños, ese paisaje de agua en que simple y eternamente lo hubiera esperado, imaginándolo, sintiéndolo en el tiempo y la distancia, esperanzada  y anhelando a que sienta la voz de mi alma al estar frente a mí.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.