... lo de siempre

Aunque me presentes siempre la misma noche, como un animal enfurecido ante la luz de mis manos, aunque me presentes siempre a la misma noche, a sus claras garras desgarrando de a tirones los reflejos prematuros del alba, aunque me presentes siempre el dolor primero y después las ganas de abrazarme, aunque siempre me muestres la tierra, me hundas en ella como si fuera de piedra y el suelo de arenas movedizas, aunque me secuestres del cielo, del jardín, de las hadas, de los caballeros, de  los luceros, de los ángeles y los príncipes, aunque me apagues el sueño, me apagues el cielo, y me des un cuerpo nuevo de cicatrices…  aunque me digas que no existo, me mastiques poco a poco, me ocultes, me destruyas… aunque me presentes siempre, la misma noche, las mimas heridas, el mismo trueno rompiendo los techos y abriendo los pisos, aunque nunca el amor me reciba al abrir la puerta, aunque envuelvas mi corazón en papel periódico todas las mañanas, y lo dejes fuera de tu casa, aunque me duelan los pies por andar en el terreno minado de reclamos de tu casa, aunque me llames de la misma forma que ignoras al resto, aunque me ignores de la misma forma que odias al resto, me quedo siempre solo por un segundo mas, para oír como crujen mis costillas, como mi esternón se abre, como se asoma mi alma y se evapora entre los músculos, y el corazón se desprende y  salta de mi pecho hasta la ventana tratando de huir hasta los arboles, antes de que lo captures, lo devores mientras la sangre se te escurre entre las manos, y tu boca terrible y húmeda de mi,  esboza un dolor y una sonrisa. Muerdes, sorbes mientras a mí se me va la vida. Entonces te detienes, bajas la mirada, tus manos estrangulan lo que queda de ese musculo, tomas el periódico del día, te detienes en el clima, y alguna tontería sobre los informes de las campañas políticas, sonríes, quitas una hoja de la sección de deportes, envuelves mi corazón y mi alma, entonces el papel al contacto se tiñe de rojo y de dolor, lo miras con cierto desprecio, y lo quitas de tu vista. Entonces decido que ha sido todo por hoy,  y me voy de tus ojos esperando tener mejor suerte la próxima vez que me encuentres y creas que soy tu amor.