domingo, 15 de mayo de 2011

El día que te paras frente al desamor.

Duele descubrir el desamor en los ojos del ser que más se ama, y aunque este escrito se llame "El día que te paras frente al desamor" creo que esto va de todo menos a estar de pie, estas de frente, frente a lo que no tienes mas remedio que ver, porque te lo dejan sobre la piel y en el aire todos los días. Pero no he podido aun estar de pie, frente a eso, porque cuando uno lleva corazón, se convierte en un ancla, y se nos clava justo en el amor para no irse nunca. Frente a la desilucion de que nuestro amor no nos ame... surgen miles de libros de posibles suplicas, quizás también reclamos... pero esto no va de eso, esto va de poder seguir con la vida a pesar de que el amor no nos mire a los ojos.
Duele como estar al borde de la muerte y saber que solo atravesándola se puede respirar nuevamente en otra vida.







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Hoy fue domingo desde las primeras horas del día

Hoy fue ese día en que mi rostro asomado al frio de la ventana era más gris y más triste que el mismo olvido.
Hoy fue ese día, en que las hojas se arremolinaban en el piso justo en la entrada de mi casa.
Hoy fue ese día en que una simple palabra lo hubiera cambiado todo... pero en este día solo el silencio tiene paginas y paginas escritas con su nombre.
Hoy fue ese día…  ese mismo día que ha pasado tantas veces en que te esperaba, en que anhelaba tus manos, tu voz, tus brazos y todo eso que dicen las poesías… hoy puedo ser tan triste y tan torpe, hoy solo se mi nombre, y mi nombre anda solo… no lleva abrigo ni lleva compañía, es un nombre como un barco de papel perdido a la voluntad de la humedad y el clima.
Hoy es el día en que descubro que yo te espero, que yo sola te he esperado, que yo sola con mi torpe esperanza te he esperado durante todos estos días, y tú...  solo eres la ausencia, eres un lugar oscuro, eres alguien que late y respira, pero que no se entera que yo lo hago a su ritmo
Hoy se que no valgo nada, que soy igual a cualquier mujer, a cualquier planta, a cualquier objeto en tu vida, nada más que eso, para ti no llevo más que  un nombre que puedes olvidar cualquier día, para ti no soy más que un cuerpo vacio, porque no te das cuenta que los días y las horas en que no te veo, algo muy dentro mío se atemoriza, se parte, se hunde, se vuela, y se pierde lejos de todos, porque solo esperaba un gesto de tu alma, una señal para saber si es que aun ando viva, es muy triste lo que pasa en la superficie de las cosas, mientras en el interior de todo el mundo se desploma
Hoy es ese día en que sé que tengo que  renunciar a ti. Y aunque lo se hace tiempo,  lo pospongo porque el amor me desgarra dentro como una tormenta aun mas oscura.

Hoy es ese día en que espero que seas  el silencio de poesía más cálido y profundo  para solo  perderme, solo así... simplemente en tus ojos un par de vidas, hoy es ese día en que sé que tú no esperas lo mismo

Hoy fue ese día que se termina, y que nada ha sucedido
La música se  desprende en los aparatos electrónicos
Busco mantas y un buen té que me acompañe en este transcurrir 
Porque hoy fue ese día, nuevamente, hoy fue ese día que nunca quisiera vivir


Hoy fue ese día en que lo sé todo, en que lo olvido todo
En que fracaso segundo a segundo, hoy fue ese día que se recuerda después de todos los otros días
Hoy fue ese día

Y las horas transcurrieron dolorosas, su motor, sus agujas...  las hacían sangran verbos sobre mis manos solas y frías
Y los arboles entre tu casa y mi casa desprendían la distancia y el perfume de la desolación más cruda

Hoy dejo la esperanza en un trozo de papel de colores, para que el viento y el clima, le den la suerte que quieran, la que yo no he sabido... 

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.