domingo, 1 de mayo de 2011

Ojala estuvieras

No estás aquí, no ves los niños corriendo alrededor del lago, las niñas desprenden el perfume de sus cabellos y entre los arboles el aroma se renueva, huele a ángeles y a verde

No estás aquí

No ves las nubes ver sus rostros en el agua y arreglar las cintas de sus vestidos al ver sus reflejos, no estás aquí, no ves la luz atravesar sus mejillas y sonrojarlas
No ves al pájaro azul, cortando el cielo en dos mitades, una para la  noche, otra para el día, no ves al pájaro de fuego asomar por el cielo del día, como una esfera tímida que luego se acomoda en el horizonte para inundarse en la tierra

No estás aquí

No ves mis ojos convertirse en mares, con tortugas, sirenas y naves de madera, no ves mis ojos doler la sal y la sangre de todas las estrellas que aun laten su fuego, no estás aquí, no ves mis manos, desprenderse de mi cuerpo, porque quieren ser las aves que vulva a unir al cielo, para que las aves del cielo y las del fuego se miren a los ojos y nazcan mas cometas

No estás aquí

No puedes oír la música de los arboles cuando el viento los despierta, cuando les cuenta los mensajes de los arboles de otras tierras, sobres sus historias, sobre sus frutos, sobre el perfume que llevan las flores cuando tocan la tierra, no puedes ver las ramas convertirse en puentes que acercan a los frutos al cielo
Y cuando los ves desde el suelo puedes ver arboles en las nubes llenos de frutos-esferas que laten perfumes, pulpas y sueños

No estás aquí, si pudieras visitarme, si pudieras acercarte, si pudieras una vez al menos, oír la música de este tiempo, la luz de estos momentos, sabrías que aunque llueva el mundo tiene una luz especial a cada gota de cielo

Sabrías que la textura de la piel es maravillosa, y hay una sensación  en ella cuando alguien que se parece a ti se acerca, que es de sueños, es lo mas profundo de sentir, de respirar, de latir
Ojala estuvieras, ojala lo vieras.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.