martes, 18 de mayo de 2010

Cuando mi corazón desciende










Todo desciende.

Poco a poco se apagan esos fuegos.

Las luces dejan de ser explosiones.


La mirada de la noche es un silencio de estrellas para los ojos.


Sabes que todo concluye, si se queda quieto.

Si no entiende el ritmo que musicaliza las hojas.

Ese ritmo de perfumes.

El que nos cambia la voz de acuerdo a la caricia del día.


Y mi espíritu.

Ya voló hace tiempo.

Me toca esperar que tu espíritu lo acompañe.

Que no busque razones.

O que no importen.


Mi corazón amarillo y pálido.

Se alejo hace tiempo entre las nubes.

Si llamas a mi pecho... ya sabes, esta vacío.

Pero es al fin de cuentas no es tan malo.

Tú, puedes ocuparlo.


Todo desciende.

Los ojos y las alas que se habían alejado.

Los sonidos más distantes serán murmullos cercanos.


La tibieza será el frío.

El día será la noche.

La tristeza será una sonrisa leve en los labios.


Aunque ahora muerda esta suerte de la distancia.

Colgada de un borde de la luna.

Aunque ahora.

Me bese la sombra de sus costados.


Todo concluye, menos…

Todo termina, menos…

No lo diré.

Pero tú... sabes bien, que es lo único eterno.

Y no eres tú, ni soy yo, es eso entre ambos.

Es eso que esta en el medio.

Lo que une, lo que separa, lo que da lágrimas y sonrisas.


Y aunque muchas profecías fueron escritas.

Poco saben los profetas de estos milagros.


De esa sensación en la ventana.

En aquellos primeros días.

De esa sensación en el alma, aquellas primeras noches.

De esa sensación en el alma, de tener alma.

Y de tener pruebas de que existe... por que a través de ella

Es que te hablo.


No se mueven mis labios.

No se mueve ni mi sombra, ni la sombra de los árboles.

Ni la sombra del fantasma de mi lado.


Te habla mi alma.


Mi corazón desde su casa de nubes, que ahora también es amarilla.

Ha oído cada una de las canciones, que el espacio vacío de mi pecho.

Te envía con estas aves.

Para el mundo de la ciencia dirán que son libélulas.

Para el de la magia hadas.

Para mi son como esferas desprendidas de mi sueño.

Por evocarte.


Todo desciende.

Concluye.

Termina.


Pero al menos yo te espero junto al árbol.

Como siempre... tú sabes que árbol.

Y aunque muchos curiosos, piensen...

Que te espero en un jardín o en un parque.

Tú sabes donde esta ese árbol.


Te espero en el árbol de lunas nuevas.

En el árbol, de flores azules.

En el árbol de esferas blancas.

En el árbol que de noche canta sobre todos los silencios...

Que nos envolvieron durante el día.

Silencios de sonrisas.

De miradas, de recuerdos.

Silencios de heridas.

Silencios de voces ausentes... de cuerpos presentes pero distantes.


Te espero con las canciones recién amanecidas en los labios.

Con los primeros besos del corazón nuevo.

Que ha descendido de sus nubes para hablarte.


Y creo que sabes muy bien, que mi corazón sabe.

Porque aprendió de el aire.

De los perfumes de los amores reales.




2 comentarios:

  1. Como una escalera que lleva muy alto, tus palabras atrapan en un camino de ida a un mundo de imágenes.

    Lo mejor, amiga!

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  2. Hola

    Bueno....Pues primero que nada gracias por seguir mi blog...es muy amable de tu parte, espero no te aburras con las publicaciones. (Mi blog no es tan bueno como los tuyos)

    Las luces de los olores tambien saben bien que tu sabes...

    UN SALUDO
    STAROSTA
    (UN PRODUCTO DE TU IMAGINACION)

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.