martes, 11 de mayo de 2010

Simples V


Sabes que igual que la luna, tan distante

Que con su perfume de luz nos llega al alma,

Y nos sumerge en espejismos

De alas, de mariposas de cristales.

De árboles azules.

De caballos blancos.

De duendes pequeños ocupados en labores de huerta.

De silencios de música de labios.

Sabes que al igual que la luna lo hace.

Llenar de magia el espacio.

Bañar de su perfume blanco el paisaje

Iluminar lo más oscuro de los bosques

De las montañas y los valles.


Así, me ilumina tu recuerdo.

Así perfuma, la oscuridad de mi nostalgia.

Y mi noche, se vuelve mágica, cristalina, y blanca.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.