martes, 16 de marzo de 2010

Talvez








Pie derecho se desliza al frente.

Lento.

Muy lento.

Me atrapas.

Cintura,

Tu mano en mi mano.

Explosión.

Presión.

Equilibrio.

Perfiles.

Que apenas se rozan.


Minuto detenido.

Respiro.

Suspiro leve.

Leve gemido.

Perfil.

Paso al costado.

Tu brazo me dirige.

Tu palma en mi espalda.

Parpados bajos.

¿Bailamos siempre con los ojos cerrados?

No se donde olvidamos al mundo.

Desde que conozco esta esquina.

Solo siento tu pecho.

Mi ombligo.

Y esa caricia que me aletea en el alma.

Seguramente, lucen bonitas nuestras sombras.


Sonreís bajas el rostro levemente,

Y luego te distraes en algo lejano.

Luego… disparo en mis ojos.

Y una sonrisa más segura.

Un brillo mágico.

¿Siempre digo algo gracioso?

Es por que quiero iluminar tu rostro.

Con la luz de una melodía

Entre mis labios.


Mi mano en tu mano.

Y en tu cuello, casi tú pecho, casi tu rostro.

Mi mano en tu nombre y en tu sombra.

Mi mano y mis ojos en tu presente.

En tu futuro, y en tu pasado.

Aunque prefiero...

Mi mano, mis ojos mis labios.

Perdidos en el próximo paso.


Esta nostalgia loca.

Me deja abrazada al aire

A mitad de la calle.

Y Buenos Aires me insulta con ese no sé que…

Todas las tardes de magia de neblina.

De amaneceres de reproches en las persianas del desconsuelo.

Pero iluminas tú.


Retazo de luna en mi falda.


Retazo de dolor y partir.


Volver, es una canción tan bella.

Pero lastima.

Y el tintinear de las alas de estas libélulas

No llegaran lejos,

Pero… en un giro de poesía.

Talvez…

Talvez llegue la humedad, el gris de las calles.

Las nubes que se ven de este lado.

Talvez llegue el rumor de mis labios.

Algo del tacto e mi espalda estremecida por tu abrazo.



1 comentario:

  1. ¿Siempre digo algo gracioso?

    Es por que quiero iluminar tu rostro.




    ME ENCANTO! te mando un saludo!!
    muy lindo, muy hermoso, muy enternecedor todo esto...



    saludos che!

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.