Si eres mi gran tesoro.
Si eres el punto de luz tras la oscuridad de tantas vidas.
Si la noche despierta de brisas de tus suspiros.
Si todas las señales me dicen sobre ti.
Si el camino de luces de mis mejillas, es de esperar y de esperar.
Porque tengo esta fe, en la penumbra de mis sueños.
Porque después de todo viaje.
Tu pecho es mi gran descanso.
Porque no me alcanzan esos fantasmas.
Ni sus garras.
Ni sus dientes.
Porque el dolor afila colmillos en la distancia.
Pero luchare contra la tormenta del tiempo y del fuego con mis manos desnudas.
Por protegerte.
Eres mi punto de luz.
Y te lo dije antes
Te recuerdo.
Sostengo esta sensación celeste de mis pies descalzos en ese piso de madera frente a tu puerta.
Frente a tu pecho que es la puerta de tu ser.
Y yo con mis canciones apenas rozo tu caja torácica.
Para que te despiertes leve.
Sin aturdimientos.
Sin dudas.
Sin temores.
Con ese perfume azul.
Y aunque a veces la energía que disparamos al horizonte es insoportable.
Te quiero tantas veces.
Te quiero en formas de luna.
De sol.
De estrellas.
Te quiero en alas.
En flores.
En cometas.
Estas dentro de mí
Como una tibieza que me acompaña
Vida tras vida.
Día tras día.
De las oscuridad de la noche que es la ausencia.
Hasta al amanecer de encontrarte que es toda luz.
Por que no hay mas camino.
No hay otros lugares.
No existen otros nombres,
No hay más piel.
Después de ti.
Por que creo.
Y no se porque.
No me lo pregunto.
Porque siento.
No me pregunto porque.
Y sentir es un poco doloroso.
Es terrible abrigar una tormenta en el pecho que se desata por tu espíritu en la distancia.
Por que camino los círculos de fuego.
Nado en los lagos negros.
Me sumerjo en los océanos que nos devoran el cuerpo.
Y aun así.
Como siempre
Como antes.
Como será después.
Te siento.
Pasos sobre todos los pasos de los vivos y los muertos.
Pasos sobre el olvido y los recuerdos.
Pasos desde el centro de tu luz hasta mi centro.
Porque camino la noche sin luna perdida en la tormenta de truenos y conjuros de los espectros.
Y aun así en la distancia, y pese a todas las premoniciones… te encuentro.
Porque en pleno vuelo de huida del mundo,
Un día, mientras abandonaba la tierra y mi cuerpo.
Te sentí.
Te siento.
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