¿Vos llevas la cuenta de cuantas veces emprendimos viaje?
Noctámbulo, insomniado.
A lunares, a estrellas, a esferas.
A silencios o canciones.
De que hacemos los puentes,
Las frases las melodías, los días las horas.
¿Llevas esa cuenta?
Desde esta distancia.
Todo tiene ese sabor que me provoca, y me alivia.
Calma.
Quietud.
Descanso.
Reposo.
Y paso por varias sensaciones.
Duda.
Temor.
Nostalgia.
Soledad.
Esperanza.
Fe.
Cariño.
Ternura.
Esta especie de calor dulce en la boca.
Esta forma de morirse de amor y de renacer con más flores de perfumes inciertos,
Pero tan esperados.
Y el horizonte otra vez,
¿Cuántas veces el horizonte?
¿Cuántas veces la luna?
¿Cuantas veces la distancia?
Imponemos la frase, la palabra, el acento.
Y abrimos mares.
Y partimos rocas.
Y atrapamos al viento en un abrazo.
Y lo besamos en la boca, y suspiramos sobre el mundo.
Y el mundo… Y el mundo…
Y al mundo no le queda más que suspirar sobre nosotros.
Es extraño planificar una ruta, que no sea para alcanzarte.
Es extraño planificar una ruta que no sea para acercarte.
Ahora planeo rutas para compartir.
Para vivenciar.
Con piel.
Con labios.
Con tus benditos labios.
Con tus esperados brazos.
Con tu sonrisa.
¿Qué sabor tendrá tu sonrisa?
¿Qué color tendrá la luz cuando circule tu rostro?
¿Qué sombras se dibujaran en la luna, mientras te abrazo?
¿Que perfume tendrá el viento, desde nuestros labios?
¿Qué susurrare primero, perdida en tu pecho, amparada en tu cuerpo, desmayada en tu abrazo?
No llevo la cuenta de las distancias.
Sé que son muchas.
Y me acerque muchas veces a la orilla.
A lamentar la ironía de la suerte
Y del disparo de luna que nos dejo a cada uno de este, y del otro lado.
Pero ahora planeo este viaje, en tu compañía.
Viaje a nuestro centro.
A nuestros ojos.
A nuestro rostro.
A nuestro tacto.
Ya recorrimos tanto.
Estamos a un paso de tocarnos.
Y estallare lo sé.
No te asustes.
Esta energía que nace desde que nos encontramos
Se revelara en luz, mostrara su forma de magia.
Al primer contacto.
aun cuando se trace un recorrido perfecto y el destino esté señalado con precisión, cada viaje nuevo es entregarse un poco al azar. Y esa incertidumbre necesariamente es bella.
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