Lluvia de semillas.
La confusión del amanecer y la noche.
Que aun parpada insolente y mudo en la cortina blanca
Luz de mi ventana.
Me hablas no entiendo.
Me hablas.
No entiendo.
Te sonrío.
Me acerco y te miro a esta distancia.
En que las pestañas se tocan en suspiros.
Si, la luna dio tres veces vueltas sobre tu hombro.
Para dejarte esa luz amarilla y aguada.
Pero aquí…
Llueven semillas.
El campo germina soles.
Los arboles, sueltan manzanas.
La voz se descubre en el aire.
Y se convierte en otro insecto.
De espectaculares alas.
Pisa marzo, mi sombra.
Me descubre con rostro de recién amanecida,
De tus ojos.
Ojos de dormirme entre tus sabanas.
Mis manos llevan sensaciones de tu piel.
Anoche no fui otro fantasma.
Fui la claridad en ese rincón.
Que no conocías de tu propia casa.
De tu corazón que es tu casa.
Palmas, palmas,
Despertemos a las tormentas,
para que se abracen en olas sobre mi falda.
Te invito a los carnavales de mis caderas.
Aun es verano.
Aun el sol.
Se sonríe cómplice desde mis talones
En las primeras luces de la mañana.
Ya no beso a los fulanos.
No encuentro la fruta de mis dolores en sus labios.
Ya no bailo con el viento.
Ni permito que levante mi vestido en la plaza.
No dejo que el rocío me robe besos.
Cuando me duermo soñando que sueño y encuentro
Lo que no pierdo…
Lo que la vida me suelta sobre el pecho cuando respiro.
Lo que la vida susurra sobre mis ojos cuando en mis sueños te miro.
Lo que la vida quisiera es que yo me abandone del mundo
y vuele hasta tu ventana.
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