Tal vez solo sea otro mensaje en la arena.
Pero lo abre intentado.
Escribiré cuanto necesito tu abrazo.
Cuando necesito tu ayuda para no caer.
Talvez nadie asista mis palabras.
Talvez me gaste la voz gritando en vano.
Pero no pertenezco a este lugar.
Y no pertenezco a aquel.
Que hacer conmigo.
¿Mi alma… que hace con mi cuerpo?
Necesito dejar los tragos de nubes.
Quiero un trago de verdad.
Quiero una boca fresca que no me arroje dudas.
Que no me arroje humo.
Y si eres tú… dilo.
No lo apagues, no lo silencies.
Y si eres tú… de algún modo esa luz al final de mis dudas.
Ignoremos a Benedetti unos instantes
Por hoy al menos.
Solo por hoy.
Sálvame.
Sálvame de la noche.
De los cuervos.
Y de los fantasmas.
Sálvame de las cadenas del pasado.
Sálvame de los árboles secos que me reclaman desde el jardín porque los he olvidado.
Sálvame.
Toma armadura Tú, esta vez.
Se me terminan las velas.
Se me acaban los conjuros.
Me llega el invierno más desolador.
Y aquí aun es verano.
Si eres tú, no lo calles.
No te lo guardes.
No me ocultes.
No me ignores.
No pierdas este instante.
No te pido piel.
Te pido lazos.
Eso... que todo lo moderno teme.
Te pido lazos.
Soy frágil, con un descuido me rompo.
Te pido palabras con sabor a eternidad.
Te pido una mirada que lleve mi nombre.
Una luz que lleve mi rostro.
Esta vez, solo esta vez.
Aunque la arena resista.
Esto durara poco.
Se lo tragara el mar.
Ese tiempo tenemos.
Ese instante me queda.
Ese infante antes de apagarme.
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