Quiero derramarme sobre tu pecho.
Abrazarme a mi naturaleza liquida.
Desde ti.
Y ser ese bálsamo de perfumes
Una luz... diminuta constelación.
Sobre tu piel.
Que es aroma.
Que es un campo donde descansar.
Y de una vez dormir.
Esto es solo un sueño.
Un simple sueño de almohadas compartidas.
Este domingo es un duende.
Que nos sonríe.
Yo solo escribo.
Lo que mi alma dicta sobre mi corazón dormido.
Un parpadeo de sueño.
Un altear de grillos.
Que te acaricia desde sus pestañas.
Mientras despierta, con insomnio y sonrisas.
Aun sueño contigo.
Como sueñan mis manos.
Despejar tu rostro.
Recorrer tus horas.
Como navegar tus ríos.
Desmayar las flores blancas de mi vestido.
Sobre la voz que palpita desde tu esternón... hasta tu ombligo.
Que me encuentres de arena.
Y que hagas de mí un castillo.
O que te conviertas en mar.
Acercándote a mí orilla
De tiempos perdidos.
De tiempos dormidos.
Mis manos dibujando círculos en tu cuerpo.
Dejando las señales necesarias.
Para encontrarte de noche.
Para encontrarte en la distancia.
Para verte en la oscuridad de mis pensamientos.
Para verte cuando necesite aterrizar mí vuelo.
... y otra vez derramarme liquida sobre tu pecho.
... y viajar mientras duermo en tus ríos.
Hermosas imágenes, hermosos sentimientos…
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