domingo, 14 de marzo de 2010

Esta simple imagen.









Hoy me desperté así.

Bella.

Blanca.

Aromada de música de agua.

Alta.

Con perfumes de nostalgia.

Que desandan mis cabellos y confunden a la luna.

Con los caminos a universos de plata.


Y sostengo la sangre de mis labios por tus labios.

Una carta herida en sus costados.

De los besos de bienvenida.


Mis manos solas.

Tus manos como fantasmas.

Tras los espejos que me nombran.

Y debajo de mi parpadeo.

La esfera sueña.

Otra vez la distancia.

Mapa de infinitudes que demoran la muerte de todas las cosas.

El fuego del horizonte no es el amanecer.

El fuego del horizonte.

Es un grito de reproche.

A la suerte.

A la ironía de las horas solas.


Y me abrazo a la comunión de los versos.

Que se desprenden de una melodía.

Me anestesio de angustia,

Y creo más nostalgia de gris vestido.

Pero de cómica figura, porque baila sola, en un patiecito.

Recién amanecido de humedad.


Rocío breve, de pasos néctar de nube.

Dolor tenue, sonrisa.


Y de este poema... me despido con esta imagen.

Tu brazo a mi cintura.

Mi rostro recostado en tu hombro, que es el mundo.

Y yo la luna en reposo.

Esta simple imagen.

Es parte de mi ritual en la mañana.



1 comentario:

  1. Vida pura. Vida propia, de la real, con todas sus caras… Dulce ritual.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.