jueves, 14 de enero de 2010

Entre las nubes, o entre las piedras.



Mis ojos se perfuman en las nubes.

A veces estoy muy confundida, mis palabras son como los granos de arena, y los dedos de mis pies saben mezclar letras.

Quisiera, hacer otra vez la ceremonia del reencuentro, tomar tu mano, caminar por el sendero de fuego, sentir los rugidos distantes de las bestias que no se nos acercan.

La mañana me trajo esta música que utilizo para dar ritmo a mis pasos, aunque mis piernas no quieran, mi mente sabe sobornar a mi espíritu con la textura de la arena, y de la tierra.

A veces, las horas son mas extensas, y aunque Einstein ya dijo algo, jajaja ... algo al respecto,
también sabe algo de eso, la colorida voluntad que te recuerda y consume los minutos perdidos, mientras me dormía en las piedras.

Chavela me congela con su música, mis ojos perfumados en la altura descienden invernales hasta el camino de tierra, las hojas verdes caídas después de la tormenta, compiten por mi atención con las libélulas doradas que vuelan y no vuelan ... vuelan y no vuelan ... flotan suspendidas por la voluntad del espíritu del mago que a veces me recuerda.

Siempre estoy tan confundida.

Cuando me visita una tristeza la invito a mis manos y la hago llorar un rato...mientras la observo, luego la consuelo, la beso, la muerdo y ella se empieza a alejar de mi.


Cuando me vista una sonrisa, me quedo muda, y algo circula desde el interior de mis ojos, como peces que nadan através de mis mejillas.


Cuando me llega un silencio ... el exterior levanta su volumen y me grita.



2 comentarios:

  1. Las palabras son como los granos de arena, son infinitos pero unas veces nos revelan calma otras poden nos impedir de ver tal como cuando tenemos arena en los ojos

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  2. Siempre andas confundida y quizas ahi es donde radica tu belleza propia... seguro por eso los peces seguiran nadando en tus mejillas y la luna cortara tu labio en alguna noche donde deje de llover...

    Un gusto leerte!!!!


    andrés

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.