miércoles, 20 de enero de 2010

Más



Si, quiero más

Más que estas estupidas melodías que se suicidan en el aire por que saben que las voy a olvidar.

Más que mis manos condenadas a la sangre.

Quiero más.

Más que la muerte, más que la vida, más que volar

Más.

La luna es un instante, la noche en un instante.

Tu rostro es un instante.

Quiero, más que la brisa perfumada de la angustia.

Más que el dolor.

Quiero sentir que mi madera arde, que ya no estoy.

Que aunque me nombren la distancia me resguarda

No quiero escuchar el latido de ningún espectro en mi balcón.

Sí, quiero más.

Mas que tu boca cerrándose en mi cuerpo.

Mas que el ruido de las grietas, de mis secretos.

Si, si, aunque sea una entupida que reclama que gruñe… que suplica.

Quiero más que esta lanza, buscando mis costados.

Quiero más que estas hormigas, haciendo caminos en mis huesos.

Quiero más que el tiempo perdido en tus orillas.

Más que la sombra de tu perfil.

Más que la locura, más que el delirio, más que la ira.

Recurro a estos gritos desesperados de poesía,

Con el esternón inflamado de dolor.

Sabes que quiero más, y que Chavela me grite de frente y de espaldas

Estoy sucia de querer, estoy limpia de amar.

Y si aun no entiendes,

Tus oídos se han cerrado a las sirenas verdaderas,

A mi, me gusta cantar.

…A mi me gustar cantar.

Después de todas estas estupideces sueltas,

Te repito, sí, quiero más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.