Mi pequeña casa llora, tiembla y se derrumba.
De pie la observo desde el patio, aún no entiendo porqué extraña razón, mi cuerpo no se rinde a la suerte del escombro y la ruina.
De pie la observo desde el patio, aún no entiendo porqué extraña razón, mi cuerpo no se rinde a la suerte del escombro y la ruina.
Mi corazón y su ritmo irregular educan mis emociones.
Ahora aprendo a observar el desamor de los otros combatiendo absurdamente con el amor propio.
Ahora aprendo a observar el desamor de los otros combatiendo absurdamente con el amor propio.
Fuerzas de otro mundo me sostienen, lo acepto, no pregunto porqué, simplemente no estoy segura si debo agradecer, o pedirles que desistan.
También estoy cansada de ser árbol.
También estoy cansada de ser árbol.
No quiero acumular palabras, ruinas del tiempo y la experiencia, no puedo capturar los sonidos de la lluvia mientras mi ser interior se golpea en las paredes de mi corazón, eternamente, buscando una fisura para hacerse de la libertad en símbolo de renuncia humana.
Ya no pertenezco a nada, nadie contiene mis ojos, mi atención vuela.
Llevo vidas aprendiendo y desaprendiendo las mismas cosas.
Me cansé de la naturaleza de la piedra, por eso prefiero el otoño y fragmentarme en los pasos de los días a ninguna parte como una hoja seca.
Me cansé de la naturaleza de la piedra, por eso prefiero el otoño y fragmentarme en los pasos de los días a ninguna parte como una hoja seca.
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