martes, 4 de octubre de 2011

... ella tiene el estomago vacio de aves

En su estomago todas las noches ocurría lo inevitable… la ventana se abría desde ella y se volaban a la noche todos los pájaros.
Apenas si despertaba y ya sentía el vacio, sus manos intentaban detener la ausencia pero el interior era libre en el aire… como todo lo que roza el viento o la pluma del cielo.

Y lejos en la oscuridad azul  los aleteos como melodías del pasado le recordaban sus sueños.
Es inevitable, caminar bajo los árboles y no sentir nostalgia… los recortes de sol llegan a sus pies como figuras que juegan por penetrar sus zapatillas y encontrar la desnudes de sus dedos tan lejos de la tierra.
Es inevitable sentir el estomago vacio de vuelos y de sueños, cuando a mitad de la noche el cuerpo se nos parte y las esperanzas vuelan como aves a través de las ventanas que se nos abren de la piel al cielo… es inevitable, sentir que es necesario anestesiarse de silencio para callar las tormentas que suelta la voz humana sobre los espíritus de las aves.


En su alma hay un paisaje de acuarelas y granos de sal.
Un mar de textura liquida… un mar de peces y Alfonsinas que siempre resucitan cuando las ventanas se abren desde los estómagos y las luces de la noche.




...



Llame al silencio sin saber qué podía responderme
Si las aves, si mis manos, o la eficaz ausencia que todo lo destruye y lo devela
Aún…  la música se quiebra en el aire, cae contra el espejo de las bocas rotas
Esas que no encuentra quien las correspondan
Esas que se parecen a los peces sin mares, que nadan desesperados por los desiertos transformando sus aletas en patas solo por sobrevivir al sol de su noche
Llame al silencio sin saber que me nacerían aves en el estomago que rasgarían mi piel por librarse de mi cuerpo y llegar al fin al aire y desde allí al cielo para burlarse de mi desde lo alto
Y decirme con sus picos y sus alas que soy una mujer inútil que no vuela que no sueña
Que no tiene cielo que la corresponda
Ni palabras para reinventarse después de un dolor

… ella tiene el estomago vacío de aves
Por eso no sueña que vuela, no sueña cielos ni amor.


1 comentario:

  1. Tienen tus escritos esa atmósfera que cautiva, y esa desazón dulce que convierte en desable el dolor del cuchillo.

    Un saludo

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.