jueves, 13 de octubre de 2011

Esperanza


Cuando te acercas, al lago, al estanque, al viento, a la ventana
A mi corazón, a mi cuerpo... simplemente cuando te acercas
Aun tras vidas de distancias
El tiempo se colapsa, quiere caer y detenerse
Y queda como una línea que no baja y que no sube
Como una línea vertical de luz y de arena, del cielo al suelo
Tú desde tu lugar lo observas
Yo desde mi lugar lo siento.

A veces sonrío
A veces una lagrima que dibuja la misma línea sobre mi mejilla
Me desprende del sueño

Y las imágenes que vi de tu ojos
Y esos mensajes que los extraños dejan entre tus notas
Y tus manos dándole forma a mi rostro y mi cuello
Jugando a que eres un hacedor de la naturaleza
y   que humedeces de lluvia esta arcilla cruda de silencio.

Mientras las imágenes se suceden del campo a la ciudad
Del ascensor a la cama
Del trabajo al metro
Del bosque, a los arqueros
 y al a  mis brazos tensos en el aire
Sosteniendo mi voluntad de volar
En sagrado silencio.

Mientras los collares de semillas
No saben si seguir protegiendo mi cuello
Permanezco.
Con un silencio de música
Con un silencio de pausa
Con un silencio de reposo de suspiros
De perfil en la almohada

Y aun en la distancia de vidas que nos separan
En mi primer parpadeo del día
Te presiento
Luz y agua
Fuego inmortal sobre los labios
Voluntad de acero

Y todo mi sueño es un augurio
Una premonición al verdadero descanso

Un poco en el aire de tu alivio
Un poco en el susurro de tu abrazo.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.