sábado, 23 de abril de 2011

Los barcos se alejan.


Los barcos se preparan y en lugar de alzar velas las incendian, las queman con toda su tristeza, porque saben que a mitad del océano más bravo, valen mas los milagros que la madera, que las velas, o los remos
Pero los barquitos se preparan, delicados, silentes
Y un viento mas frio que el infierno
Y un viento más grave que el invierno
Y un viento que es un rayo en el agua y en el cielo
Parte el silencio con su voz de dragón-sirena anunciando que todo  terminara en el fondo del océano

Lo más triste de un dolor es saber que no terminara si no con la muerte
Cuando llegas a tener esa certeza de que no se terminara el dolor a menos que ya no haya un cuerpo que lo reciba en sus entrañas
Lo más triste es temer que continúe el dolor en lo profundo del alma

A veces me pregunto de qué vida he traído estas penas
Este llanto que no cesa, este dolor de sábado triste, de amor herido, de brazos cansados
A veces me pregunto de donde me vienen estas penas, de que pozo, de que estanque, de que fuente he bebido tan ingenua el elixir del dolor eterno, ese que me hará cargar sobre los cuerpos que conserven mis vidas y sobre mi alma simple y eterna, esta terrible carga de penas

A veces me pregunto si es bueno pedirle a dios que se termine mi dolor, que se acabe esta tristeza
Ya otros han terminado en lo profundo del mar, o durmieron sobre las piedras
Pero temo que eso no sea suficiente, temo que mi dolor venga de otro tiempo y que me persiga más allá de este clima de lluvia fresca

La soledad no ayuda a tomar buenas decisiones, me siento al borde del abismo, con mis cabellos enredados de la luna muerta, en un instante se moverá, mi cabello se cortara y caeré al mundo, herida y despierta

No sé si es bueno que sepa, las cosas que mi espíritu me cuenta, de otros perfumes, de música nueva
De flores amables como el agua que da vida eterna
No sé si es bueno saber escribir en esta época, quizás solo deba cantarle al silencio de la misma forma que grita en mis ojos con sus ausencias

Los barcos me llaman, necesitan que alguien sea el viento, que alguien como yo sea madera
Que alguien como yo cante mientras ellos se alejan, que les de valor para internarse en el centro de la tormenta, yo no soy buena para esa tarea
Me siento en la arena a llorar porque se alejan.

1 comentario:

  1. Dolor, silencio y miedo.

    Sabina qué tristes son tus palabras, tanto como hermosas, espero que al escribirlas se lleven lejos ese dolor, lejos como los barcos que se alejan y te dejan en la arena, quizás a salvo de la tormenta.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.