jueves, 7 de abril de 2011

Cuerpos sin cielos.

Un cuerpo conectado con su espíritu, es un cuerpo con cielo.




Lo más triste de los cuentos es que terminen en silencio. Lo más triste del amor es no tener besos, miradas, palabras, suspiros de cielo.

Hace unos días que pienso en las diferencias del amor verdadero y el amor pasajero, no sé porqué, desde que empecé terapia me hacen muchas preguntas y estoy aplicando la técnica de sanar preguntándome. Solo busco mejorar, saber quién soy, qué quiero, en qué me diferencio del resto. Qué es lo que busco realmente. Hay preguntas sobre el amor ideal, el amor eterno y el amor pasajero, si es que eso es amor. Porque nos sentimos diferentes ante determinadas personas, porqué esperamos determinadas cosas de determinados seres. Porqué en mi caso particular siempre hablo de esto. Son preguntas y mas preguntas sin ánimos de crear literatura, solo son las inquietudes que siempre tengo. Será porque nadie tiene un manual sobre esto que nadie sabe qué es lo verdadero o lo correcto. Yo solo quiero algo que sea o que aparente eterno, con garantía de continuidad a lo largo de mis vidas, porque yo creo en la vida después de este cuerpo. Me da tristeza la tristeza de la gente que apuesta su alma a relaciones pasajeras, porque no hay respeto por las personas y casi siempre una de las partes no es sincera. Cuando ambos deseen progresar en una relación más allá del sexo el amor es diferente y los resultados deberían ser mejores. La terrible necesidad de las personas de no estar solas las lleva a complicarse aun más la vida, y a entorpecer la vida del resto, atan a otros en nombre del amor cuando en realidad lo que tienen es miedo a la vida, miedo a amarse ellos primero. Es difícil hablar seriamente de estas cosas, hablar de uno y de los otros, diferenciar que cosas me pasan y que cosas le pasan al resto, yo siempre aposte a lo verdadero, siempre dije las cosas claramente aunque ser sinceros no garantiza que al pasar el tiempo nos llenemos de miedo y sostengamos relaciones en las cuales ya no somos felices. Esas son cosas que se ve todo el tiempo, parejas atadas, desde sus manos o sus casas o sus hijos una vida entera, cuando no hay y quizás nunca hubo amor. Qué se pierden esas personas? Qué ganan con eso? Se dan cuenta de eso? Advierten la diferencia, de estar con alguien que no aman, a estar solo con ellos, o esperando algo verdadero? Hay un mundo muy gris fuera de nuestros pensamientos, y cada uno actúa como puede o como le sale, o como cree correcto, hay mucha agresión en hombres y en mujeres que buscan a la fuerza sujetar a sus compañeros, cuando toda su piel les dice que esos seres no son sus verdaderos compañeros. Cómo darse cuenta cuando el espíritu que buscaron, o que realmente los complementa no tiene que ver con el cuerpo que desean? Amar un cuerpo no significa amar un espíritu, conectarse físicamente no significa conectar los espíritus, entonces que lo hace? Que tenemos a nuestro alcance para saber qué es lo correcto, como no confundirnos? Si no estamos completos solos, nos vamos a pasar la vida buscando quien nos complete, y una persona no puede ser jamás un parche espiritual de  nadie. Yo siento amor, amor por mi amor, el espíritu que me hace bien, el que me completa. Eso es parte de mi locura, pero siento eso. Siento amor por mis padres, amor con locura por ellos y amor por mis hermanos, y mis amigos, y siento amor por mi pareja.
Pero que es lo que me comunica con algo mas que su cuerpo?
Porque si todo lo que tenemos es solo este cuerpo es una tristeza.

No sé que resultara de esto que escribo ni por qué lo escribo, quizás todo tenga que ver con mi desorden de ideas, este blog se llamaba simple, pues ya no lo es, ahora es "complejo, complejo"



Simples silencios
Los silencios nacen en el cordón de la vereda, son como hojas secas de un árbol que nadie recuerda, son como esos besos que no se dan las parejas…  las que aun no han descubierto que son pareja, como la planta de cedrón con la rosa blanca pequeña de la vecina de la vuelta.
Los silencios son como pequeños ladrones de manzanas, de esas que dejamos un instante sobre la mesa y que al regresar de alguna tarea ya no está por qué un silencio como un suspiro de hielo, tierno y pequeño se ha apoderado de ella.
Los silencios son como los labios cerrados de las princesas… de esas que nadie besa, de esas que antes de hacerles el amor, las desnudan las perfuman de gemidos, las miran antes de que mueran, y las dejan.
Los silencios son como los labios cerrados de las princesas… de esas que nadie besa, de esa que solo saben lo que es un beso antes de que las penetren, antes de que las incendien.
Los silencios son como las princesas, tristes, solas  y ausentes, despreciadas por los caballeros que montan dragones de fuego, porque les gusta parecer rudos mientras se acercan.
 Los silencios son como la noche en que la lluvia cae en el asfalto y se convierte en geometría ordinaria del cemento, círculos, óvalos, estrellas, gotas oscuras, gotas de luna, gotas como lagrimas de una nube que nadie observa.
Los silencios son como las manos que no se reconocen, porque están en cuerpos diferentes y aunque se entrelacen sus dedos, nada tiene que ver el espíritu del que anda a la derecha con el espíritu del que anda a la izquierda… uno es de nubes y el otro es de tormentas.
 Si los cuerpos supieran lo que es un beso, jamás andarían sueltos, respiraría uno del aliento de su compañero la vida entera, porque el alma llega al cielo cuando los labios se abren y se encuentran, cuando la lengua húmeda abre camino en el hogar que habita el cielo, de piel gemidos y sueños.
 Allí donde muchos dejan silencios que se secan como lagrimas de arena sobre un mar de desierto
Allí donde no hay ojos que se hundan en el sueño de los labios sedientos, allí hay un cielo implorando le dejen ser cielo, lo perfumen de vida y aliento, le recuerden el sabor de los sueños
Porque allí donde muchos olvidan el amor, otros despiertan el sexo y eso nada tiene que ver con el vuelo, el perfume, el aire, el espíritu o el cielo, eso solo es carne y la carne está muerta desde nuestro nacimiento.

Hay un silencio que se parece a la muerte, es el cuerpo sin cielo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.