sábado, 23 de abril de 2011

Es necesario

Es necesario lavar y cerrar las heridas
Acercarse al rio, enjugarse el rostro, ver el reflejo de los arboles altísimos también flotando a lado de nuestro espíritu
Es necesario lavar y cerrar las heridas, tener un buen amuleto para salir del infierno y que el infierno no nos siga
Es necesario tener un armario enorme para que no se lastimen las alas cuando las guardemos al salir de los sueños
Es necesario preparar el aterrizaje para no lastimarnos los ojos al ver la luz, y nuevamente  la oscuridad y nuevamente la luz

Es necesario cerrar las puertas, abrir las ventanas, cuidar los jardines
Hablarle a los pájaros y a las nubes
Es necesario, beber mucha agua, respirar profundo
Cerrar los ojos cuando empiecen las tormentas y despertar los oídos
Es necesario recordar y desprenderse del mundo
Es necesario cuidar el cuerpo, alimentar el espíritu
Es necesario amarse, es necesario amar, y es necesario ser amado
Es necesario ver en los ojos de todos nuestros semejantes los nuestros propios, nuestros propios ojos de niños, los mismos que teníamos antes de saber lo que nos hacia daño
Ojos de agua fresca que trae perfumes, que trae reflejos de arboles altísimos
Que traen recuerdos de otros paisajes, de otras vidas

Es necesario soltarse, dejarse ir
No mirar los pasos que dimos
Avanzar aunque duela en el alma
Todo es para bien
Es necesario alejarse del infierno y llevar un buen amuleto para que el infierno no nos siga.

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Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.