jueves, 6 de enero de 2011

Parecida al alba.

A veces me pierdo en el fuego
Me confunden con las llamas
Mientas estallo en los colores más absurdos del alba
Las calles de buenos aires, la misma rutina empedrada
Los dolores del balcón y  de las palomas grises desgarrando las plazas

Deambulo en la ausencia
Me aturdo de sombras
Los arboles son lo más parecido a mi casa
Y me enfermo de ramas
Me intoxico de nubes de tormenta
Me aturdo de lluvia desde las ventanas del alma

Abro los paraguas espirituales
Cubro los moretones debajo de mi capa
Me visto con mi cuerpo viejo
Los dolores siempre me recuerdan mis entrañas

Y un ave pequeña parecida a tus besos dice que me ama
Y un ave pequeña parecida al silencio acuna a mi alma
Y un ave pequeña parecida a la muerte me espera en mi cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si de verdad me leyeras, si de verdad comprendieras la esencia de mi ser... sabrías que estoy aprendiendo que hay palabras que no se deben decir... hay momentos en que se debe guardar el corazón en su cajita de perfumes hasta el próximo invierno. Son como esas cosas del cuidado de las plantas y del jardín que nos ayudan a mantener la fe en nuestros sentimientos.
Si mi espíritu no ha podido florecer aún en esta tierra, lo mudare de este cielo a cielos nuevos. A un lugar donde las nubes no sean de tormentas o silencios.

Hay muchos libros de silencios y hay muchos libros de sueños que aguardan en los estantes, quizás es hora de que los lea, o que los beba como el néctar que me ayude a sanar de tanta mala suerte en mi corazón y en mis ideas.

Mi alma espera en los arboles, algún día la encontraras. Pero si la recuerdas, dile de esas palabras mágicas y veras como se acerca.